Cuba: La Iglesia sigue acosada por el régimen comunista

Declaraciones de Jorge I. Domínguez a «La voz católica»

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MIAMI, 10 junio 2001 (ZENIT.org).- Tres años después de la histórica visita de Juan Pablo II a Cuba, la Iglesia católica cubana sigue siendo acosada por funcionarios del gobierno, afirma un profesor de la Universidad de Harvard, en el último número del mensual en castellano de la arquidiócesis de Miami, «La voz católica».

«Por supuesto que hubo grandes esperanzas de que surgiera una apertura después de la visita del Papa. Creo que estas esperanzas fueron exageradas. No fueron realistas», dice Jorge I. Domínguez, exiliado cubano y profesor de Ciencias Políticas en Harvard. Domínguez visita la Isla desde 1979.

«Si comparas la situación de la Iglesia católica actual no con los deseos que tú o yo tengamos, sino con la historia de las relaciones entre la Iglesia y el Estado, la reacción correcta no es decir: «Ay, Dios mío, qué mal están las cosas», sino «¡Qué bueno, mira qué cambio!»», explica Domínguez al mensual católico.

El profesor dice no saber nada acerca de un documento secreto que, según rumores, el gobierno emitió con lineamientos específicos para obstaculizar la influencia de la Iglesia.

«Yo no conozco ese documento secreto pero sí sé que hay un comportamiento del gobierno no secreto y sí bastante público que trata de restringir las libertades limitadas que tiene la Iglesia», explica Domínguez.

«No lo veo como un ataque para eliminarla», enfatizó, explicando que ese acoso ni es nuevo ni es una reacción a la visita del Papa. Es más bien un esfuerzo para controlar las inquietudes religiosas que empezaron a surgir a mediados de los ochenta y se aceleraron en los noventa.

Esas tendencias reflejan un aumento en el número de cubanos que públicamente expresan su afiliación a la Iglesia y el atrevimiento de los obispos cubanos al hablar acerca de asuntos que afectan a la sociedad cubana.

Una persona a quien «le están haciendo la vida imposible», explica Domínguez, es al arzobispo de la arquidiócesis de Santiago, monseñor Pedro Meurice. En su mensaje durante la visita del Papa, Monseñor Meurice condenó fuertemente la política comunista por sus efectos dañinos en las familias cubanas, tales como promover la promiscuidad entre los adolescentes que son forzados a trabajar en los campos, lo cual crea una atmósfera de desesperanza y estimula la emigración.

Otra institución católica que está siendo más presionada es Cáritas, la agencia caritativa de la Iglesia. Ahora que la economía se ha recuperado de la crisis de 1992, causada por el fin del subsidio soviético, el gobierno «necesita un poco menos a Cáritas», comenta Domínguez en sus declaraciones a «La voz católica».

«Lo que ellos querrían es que Cáritas recaudara dinero y le firmara un cheque para el gobierno cubano», concluye.

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ZENIT Staff

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