Curso de videojuegos para sacerdotes

Una manera para comprender a los jóvenes

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MILÁN, 8 junio 2001 (ZENIT.org).- «Id entre los jóvenes y jugad con ellos». Recomendaba Juan Bosco a sus seguidores. El padre Antonio Mazzi, fundador de la comunidad de ayuda a toxicómanos, Exodus, ha actualizado el consejo del santo y ha comenzado hoy en Milán un curso de videojuegos para sacerdotes.

«Los formadores tienen que conocer los videjuegos para encontrarse con los jóvenes en su terreno –explica–… Tienen que vigilar para que los jóvenes no se sientan atraídos por videojuegos violentos… Condenar los videojuegos a priori sinigifica no comprender a los jóvenes».

El padre Mazzi, en una entrevista concedida al diario Turinés «La Stampa», se toma muy en serio la iniciativa: «Me gustaría que todos los jóvenes fueran scouts. Pero los videojuegos han entrado también en las parroquias. Si los prohíbes los jóvenes se van a otra parte. Por tanto…».

Por tanto, el sacerdote ha preparado con un canal salelital monotemático de juegos, Game Network, la primera patrulla de sacerdotes que aprenderán a moverse en la jungla de Tekken III, o a guiar un coche en el tráfico virtual de Crazy Taxi.

Don Cesare, 44 años, que se dedica a atender a discapacitados en la localidad de Como, es uno de los primeros alumnos: «Nunca he jugado a un videojuego. Pero si sirve para crear asociacionismo y congregar a los muchachos, entonces vale la pena».

La empresa que ofrece el curso, el canal de videojuegos Game Network, está convencida de que sí vale la pena: «La imagen del viejo párroco que se levantaba la sotana para jugar al fútbol en la parroquia ha quedado atrás. Entonces un sacerdote podía improvisar, con los videojuegos no es posible».

La iniciativa ha recibido alguna que otra crítica. Don Claudio, de la parroquia de San Remigio en Vimodrone, uno de los participantes en el curso, responde: «Para acercarme a los jóvenes soy hasta entrenador de la escuadra juvenil de fútbol. La Iglesia no debe renunciar a las típicas ayudas que ofrece a los jóvenes, pero tampoco puede cerrar los ojos ante la realidad».

El curso, que no sólo busca saber cómo se juega, sino sobre todo cómo están pensados los juegos, para comprender su influencia, tendrá clases teóricas y prácticas. Se estudiarán sus posibilidades educativas.

Con este curso, el padre Mazzi está realizando un decálogo, que entre otras cosas debería decir: «Los videjuegos deben servir para hacer amistad… No tienen que sustituir a las demás modalidades de pasatiempo… Ciertos videojuegos tienen también finalidades didácticas, pueden permitir el conocimiento de la historia… A diferencia de la televisión, permiten una participación activa. Se requiere una reflexión y una respuesta activa».

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ZENIT Staff

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