El cardenal Schönborn propone un debate más libre sobre la teoría de la evolución

«Si una teoría es científica y no ideológica, se puede discutir libremente», afirma

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RÍMINI, viernes, 25 agosto 2006 (ZENIT.org).- El cardenal Cristoph Schönborn, arzobispo de Viena, ha propuesto un debate más libre sobre la teoría de la evolución, aclarando la postura de la Iglesia sobre el mismo.

El purpurado y teólogo, que suscitó un debate mundial en julio de 2005 con un artículo sobre la materia publicado en el «New York Times», presentó su propuesta el 23 de agosto en el Meeting por la Amistad entre los Pueblos, organizado por el Movimiento Comunión y Liberación en la localidad italiana de Rímini.

En una rueda de prensa, en la que explicó a los periodistas los contenidos de su intervención, que tuvo lugar en un Auditorio lleno de gente, en particular jóvenes, el cardenal aclaró que la Iglesia no sostiene la posición de las teorías «creacionistas» sobre el origen de la vida y del hombre, que sacan consecuencias científicas a partir de los textos bíblicos.

De hecho, añadió, no existe en este sentido «un conflicto entre ciencia y religión», más bien se da un debate «entre una interpretación materialista de los resultados de la ciencia y una interpretación metafísica filosófica».

Por este motivo, pidió aclarar la diferencia entre la «teoría de la evolución» y el «evolucionismo», entendido este último como una ideología, basada en la teoría científica.

Como ejemplo, puso el caso de Karl Marx y Friedrich Engels, quienes vieron en la publicación de «El origen de las Especies» de Charles Darwin, «el fundamento científico para su teoría materialista marxista. Esto es evolucionismo, no teoría de la evolución».

Advirtió ante la aplicación de esta ideología evolucionista en campos como el neoliberalismo económico, en la pedagogía en Europa, o en cuestiones de bioética, donde se corre el riesgo de crear nuevas teorías eugenésicas.

Los periodistas le preguntaron qué es lo que quiso decir Juan Pablo II en el discurso a la Academia Pontificia de las Ciencias, en octubre de 1996, en el que habló de la evolución como «algo más que una hipótesis».

Schönborn explicó que esa frase quería decir que «la teoría, como teoría científica, se ha ampliado con nuevos datos científicos, pero ciertamente esa frase no puede interpretarse como un “amén” de la Iglesia católica ante el evolucionismo ideológico».

En este sentido, el arzobispo de Viena recordó un documento publicado en el año 2004, con la aprobación del cardenal Joseph Ratzinger, por la Comisión Teológica Internacional, con el título «Comunión y servicio. La persona humana creada a imagen de Dios», en la que se aclara la distinción entre ideología y ciencia.

«Creo que ese documento da una respuesta a quienes han querido interpretar la frase de Juan Pablo II en sentido ideológico».

«Lo que yo deseo intensamente es que se expongan también en los programas escolares a nivel científico las cuestiones abiertas por la teoría de la evolución, como la famosa cuestión de los anillos faltantes».

El purpurado constató que 150 años después de la teoría de Darwin siguen faltando esos anillos, «no hay evidencia en los estratos geológicos de las especies intermedias que deberían existir, según la teoría de Darwin».

«Él mismo dijo en su libro que esta es un agujero de su teoría –añadió– y pedía que se encontraran. Esto debería discutirse de una manera serena. Si una teoría es científica, y no ideológica, entonces se puede discutir libremente».

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ZENIT Staff

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