ROMA, 3 diciembre 2002 (ZENIT.org).- Veinte películas; nueve días de proyección. Este es en su máxima síntesis el programa que presenta el festival cinematográfico «Tertio Millennio», reseña de cine espiritual, inaugurado este martes en Roma.
El acontecimiento cinematográfico, el único que cuenta con el patrocinio de organismos vaticanos –el Consejo Pontificio para la Cultura y el Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales– expondrá hasta el 11 de diciembre en el cine «Lucky Blu» de la ciudad eterna algunas de las películas en las que se pueden constatar valores espirituales.
Entre los filmes seleccionados por el comité científico destacan «Pinocchio», de Roberto Benigni, y «El Pianista» de Roman Polanski.
Sin embargo, el acontecimiento más importante de este festival de cine espiritual tendrá lugar con la presentación antes de estreno de la gran producción dedicada al último libro del Nuevo Testamento «El Apocalipsis», realizada para la productora «Lux Vide».
Andrea Piersanti, presidente del Ente del Espectáculo, institución italiana que organiza el festival, explica que la iniciativa «busca llevar un rayo de luz, un mensaje de esperanza, a las zonas más desgraciadas del mundo. Los misioneros están comprometidos en primera línea tanto en el frente material –comida, agua, vestido, desarrollo–, como en el espiritual, que les es propio. Quizá en este segundo frente, el cine podría dar una mano».
«Hay una gran producción de calidad y por tanto de valores en la producción cinematográfica de todo el mundo, que podría ser útil para restituir algo de esperanza», afirma en declaraciones concedidas a Radio Vaticana.
El festival, según Piersanti, tiene por objetivo hacer posible «un lugar de encuentro en el que laicos y católicos puedan encontrarse serenamente sobre las responsabilidades éticas de los agentes de la comunicación social».
«Lograr llamar la atención de los laicos sobre el magisterio de la Iglesia sobre temas de comunicación, nos parece un resultado muy importante. Ahora pensamos en el futuro. Queremos exportar el modelo del festival “Tertio Millennio” a las zonas misioneras del mundo».
«Queremos construir algo para que nazca un cine diferente, un cine más atento al hombre y a la mujer», concluye.
