El patriarca caldeo de Bagdad trabaja por la liberación de los secuestrados

Se muestra optimista por los italianos, pero pide paciencia y silencio

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BAGDAD, miércoles, 28 abril 2004 (ZENIT.org).- El patriarca caldeo de Bagdad ha confirmado que está trabajando por la liberación de secuestrados en Irak, en particular por tres italianos, pero ha pedido paciencia.

Su Beatitud Emmanuel III Delly reveló este miércoles al servicio de información de la Conferencia Episcopal Italiana «SIR» que los rehenes «están bien y creo que al final serán liberados».

El patriarcado en colaboración con el nuncio apostólico, el arzobispo Fernando Filoni, desde hace días están trabajando por liberar a los tres secuestrados desde el pasado 12 de abril. Un cuarto compañero de cautiverio fue asesinado a sangre fría dos días después de ser apresado.

«Estamos haciendo todo lo posible –afirma el patriarca de Babilonia de los Caldeos–. En el momento en el que nos encontramos soy optimista por una solución positiva. Si la situación no empeora, tenemos buenas posibilidades».

«Estamos buscando todas las soluciones, sin descartar ninguna; estamos tocando a todas las puertas», reconoce.

El patriarca lanza un llamamiento a los familiares para «que recen y tengan confianza en el Señor. Tienen que tener paciencia y no hablar demasiado. Hay que trabajar en silencio».

«La situación podría cambiar de un momento a otro –advierte–, porque hay personas que no trabajan por el bien de Irak. En esta región, hay que ser cautos, proceder con pasos lentos pero seguros. En esta cuestión haría falta menos ruido por parte de los medios de comunicación».

Los secuestradores transmitieron el lunes un vídeo en el que muestran a los tres italianos y piden al pueblo italiano que organice una gran manifestación en Roma para oponerse a la guerra en Irak. En caso de que no se realice en los cinco días siguientes a la emisión del mensaje, amenazan con matarles.

Los familiares de los secuestrados han organizado una manifestación a favor de la liberación de los secuestrados para este jueves que debería concluir en la plaza de San Pedro del Vaticano.
El patriarca desea que la manifestación «sea pacífica y a favor del bien y la paz de todo el pueblo iraquí».

«Todos tenemos que hacer lo posible, es nuestro deber, para favorecer la liberación, no sólo de los rehenes italianos, sino también de todos los demás –concluye–. Es importante que regrese al país un mínimo de seguridad y tranquilidad. Es necesario rezar por esto, como invita a hacer el Papa desde hace tiempo».

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ZENIT Staff

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