Al encontrarse con los obispos católicos de Ghana, que el 23 de abril han celebrado el centenario de la llegada de misioneros católicos al país, el Papa reconoció que por el contrario la entrega de uno mismo consiste «el corazón del sacramento del Orden».
«Quienes reciben este sacramento quedan configurados de manera particular con Cristo, cabeza de la Iglesia. Por este motivo, están llamados a entregarse completamente a sus hermanos y hermanas», aclaró.
«Esto sólo puede tener lugar cuando Dios ya no es visto como algo impuesto desde fuera, sino que se convierte en la propia voluntad, habiendo «experimentado que Dios está más dentro de mí que lo más íntimo mío»», dijo citando su primera encíclica, «Deus Caritas Est».
Por este motivo, «el sacerdocio nunca debe considerarse como un camino para mejorar el nivel social o de vida», recalcó.
El Papa alentó a los obispos de Ghana a «asegurar las cualidades apropiadas de los candidatos al sacerdocio y a garantizar una formación sacerdotal adecuada para aquellos que se están preparando para recibir el sagrado ministerio».
«Tenemos que tratar de ayudarles a discernir cuál es la voluntad de Cristo y a cultivar este don para que se conviertan en ministerios efectivos y realizados de su alegría», dijo en la audiencia con la que los obispos de Ghana concluían su quinquenal visita al Obispo de Roma y a sus colaboradores.
