Ignorancia y relativismo moral, enemigos del ecumenismo

Se inician los trabajos de la III Asamblea Ecuménica Europea de Sibiu

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SIBIU, viernes, 7 septiembre 2007 (ZENIT.org).- El cardenal Péter Erdő, presidente del Consejo de Conferencias Episcopales de Europa (CCEE ), exhortó a los participantes en la III Asamblea Ecuménica Europea (EEA3), que tiene lugar en Sibiu, Rumania, a dar a conocer el cristianismo en su verdadera esencia y a combatir el actual relativismo moral entre los cristianos de las diversas confesiones.

Durante el discurso de apertura, el 5 de septiembre, el cardenal Erdő, presidente de uno de los dos organismos eclesiales promotores del evento, dijo que «la primera tarea que tenemos también aquí en Sibiu es la de profundizar y vivir el cristianismo».

«A menudo, constatamos con dolor hasta qué punto el cristianismo es hoy poco conocido en Europa en su verdadera esencia –aclaró–. Circulan muchas máscaras del cristianismo, a menudo conscientemente falsas».

«Creo que el primer gran obstáculo al ecumenismo es la ignorancia sobre el cristianismo y la superficialidad de la vida cristiana», añadió, subrayando la urgencia de «que el camino ecuménico sea un espacio de profundización espiritual y teológica».

El purpurado recalcó también, como ulterior tarea ecuménica urgente, «la de confrontarnos juntos con la modernidad y la secularización. Las comunidades cristianas del Este y del Oeste tenemos experiencias diversas. Tenemos algo que aprender los unos de los otros».

Destacó el «subjetivismo» que se vive actualmente, en un momento en el que es «importante subrayar el sentido y el valor objetivo de muchas cosas y comportamientos humanos» y «mostrar juntos que el Evangelio es capaz de dialogar con cada cultura y tiene la fuerza de enriquecer toda cultura».

El mismo día, el metropolita Kirill de Esmolensko y Kaliningrado, presidente del Departamento para las Relaciones Exteriores del Patriarcado ortodoxo de Moscú, habló de una falta de homogeneidad, entre las diversas confesiones cristianas, acerca de la concepción del hombre y de las normas morales que le deben guiar.

Constatando que «algunas comunidades cristianas han revisado unilateralmente o están revisando las normas de vida definidas por la palabra de Dios», el metropolita se preguntó: «¿Por qué está sucediendo justo hoy, en los inicios del siglo XXI? ¿Por qué algunos círculos cristianos han llegado a favorecer tanto la idea de normas morales en evolución?».

En este sentido, afirmó que «hay una coincidencia sospechosa entre la nueva postura ante la moralidad en los círculos cristianos y la difusión del paradigma postmoderno en la sociedad secular. El postmodernismo en sentido amplio implica una compatibilidad de visiones y posiciones incompatibles».

«Quizá esta postura está justificada en algunas esferas de la sociedad, pero no puede ser justificada por los cristianos en el reino de la moralidad. Los creyentes no pueden reconocer al mismo tiempo el valor de la vida y el derecho a la muerte, el valor de la familia y la validez de las relaciones entre personas del mismo sexo, la defensa de los derechos de los niños y la deliberada destrucción de embriones humanos con fines médicos», subrayó.

El metropolita Kirill insistió en la necesidad de defender juntos los cristianos «las normas éticas» comunes y buscar aliados en otras religiones que compartan posturas morales semejantes.

Así mismo sugirió que los cristianos pueden también encontrar apoyo en «personas laicas que tienen una visión no religiosa pero apoyan normas morales similares a las cristianas».

Para lograr este objetivo, el metropolita dijo que las comunidades cristianas deberían trabajar con la opinión pública y mantener un diálogo con las estructuras nacionales e internacionales.

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ZENIT Staff

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