Juan Pablo II alienta la labor pacificadora de la Unión Africana

Recibe en audiencia al presidente de Mozambique, presidente de turno de esa institución

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CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 18 abril 2004 (ZENIT.org).- Juan Pablo II alentó la labor de pacificación de la Unión Africana al recibir en audiencia este sábado al presidente de Mozambique, Joaquim Alberto Chissano, quien es también presidente de turno de esa institución.

El mandatario mozambiqueño se encontraba en Roma para participar en la manifestación «Italia-África 2004», convocada por el Ayuntamiento de la ciudad eterna y por la Comunidad de San Egidio.

Tras confesar que «siempre llevo en el corazón» «los graves desafíos y las grandes esperanzas» de los africanos, el Santo Padre deseó en el breve discurso que le dirigió en portugués «éxito» para las tareas asumidas por la Unión Africana.

«¡Que el Espíritu celeste descienda sobre la gran familia humana y suscite en el corazón de todos la paz y el don de la vida!», auspició.

«¡Que Dios bendiga a su familia y a todo el pueblo de Mozambique; que bendiga a África y a cuantos la ayudan!», concluyó el obispo de Roma al acoger a su huésped.

La manifestación «Italia-África 2004» contó, según sus organizadores, con unos cien mil participantes que desfilaron por las calles del centro de Roma con el lema «Llevo a África en el corazón».

La cancelación de la deuda exterior de los países pobres, la ayuda al desarrollo, la distribución de medicinas y vacunas gratuitas, el embargo a la venta de armas fueron algunas de las reivindicaciones centrales de los manifestantes.

La iniciativa contó con adhesiones de sindicatos, organizaciones no gubernamentales, exponentes políticos, entre los que destaca el presidente de Italia, Carlo Azeglio Ciampi.

Juan Pablo II envió un telegrama a los participantes en el congreso que llevaba por título «África y Europa, un destino común», celebrado en el marco de la manifestación y espera que «contribuya a suscitar una toma de conciencia cada vez más atenta sobre los graves problemas del continente africano».

Joaquim Alberto Chissano es jefe de Estado desde 1986 de un país de algo menos de 18 millones de habitantes, de los que el 11,6 por ciento es católico y el 9,2 por ciento protestante, según datos de «Radio Vaticano». La mayoría de la población sigue las costumbres religiosas tradicionales.

En 1992, los Acuerdos de Roma, en los que tuvo un papel decisivo de pacificación la Comunidad de San Egidio, pusieron punto final a la guerra civil que durante más de quince años golpeó a la antigua colonia portuguesa.

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ZENIT Staff

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