La familia no es sólo objeto sino sujeto de la pastoral, asegura el Papa

En el encuentro con matrimonios y sacerdotes en Ancona

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ANCONA, domingo 11 de septiembre de 2011 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha propuesto en su viaje a Ancona un cambio de mentalidad para muchas personas en la Iglesia: es necesario, considera, que la familia no sea sólo objeto de la misión pastoral, sino que se convierta en sujeto.

Este fue el mensaje que el pontífice dejó en la tarde de este domingo a los matrimonios y a los sacerdotes reunidos en la catedral de San Ciriaco de Ancona, ciudad costera en la que ha culminado el vigésimo quinto Congreso Eucarístico Nacional italiano.

El obispo de Roma pidió “superar una visión reductiva de la familia, que la considera como mera destinataria de la acción pastoral”.

El pontífice reconoció que “en esta época difícil”, ciertamente la familia “necesita particulares atenciones. No por ello, sin embargo, debe disminuir su identidad o mortificada su responsabilidad específica”.

“La familia es riqueza para los esposos, bien insustituible para los hijos, fundamento indispensable de la sociedad, comunidad vital para el camino de la Iglesia”, subrayó.

Por eso consideró que en la Iglesia, “valorar la familia significa reconocer su relevancia en la acción pastoral”.

“El ministerio que nace del Sacramento del Matrimonio es importante para la vida de la Iglesia: la familia es lugar privilegiado de educación humana y cristiana y sigue siendo, para este fin, la mejor aliada del ministerio sacerdotal; esta es un don precioso para la edificación de la comunidad”.

“Ninguna vocación es una cuestión privada –advirtió–, mucho menos la del matrimonio, porque su horizonte es toda la Iglesia”.

En el contexto del Congreso Eucarístico, el pontífice quiso dejar su consejo más apremiante para los matriomonios que le escuchaban. “La Eucaristía –dijo refiriéndose a la familia– es el centro y la fuente de esta unidad que anima toda la acción de la Iglesia”.

“Que el Misterio eucarístico incida cada vez más profundamente en vuestra vida cotidiana –afirmó–: tomareis inspiración y fuerza de este Sacramento para vuestra relación conyugal y para la misión educativa a la que sois llamados; construid vuestras familias en la unidad, don que viene de lo alto y que alimenta vuestro compromiso en la Iglesia y en promover un mundo justo y fraterno”.

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ZENIT Staff

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