La Iglesia en Francia preocupada por los derechos humanos en Turquía

Pide a Chirac más claridad en las negociaciones con la Unión Europea

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PARÍS, miércoles, 8 diciembre 2004 (ZENIT.org).- El presidente de la Conferencia Episcopal Francesa ha enviado una carta al presidente Jacques Chirac para manifestarle la preocupación de la Iglesia católica sobre el respeto de los derechos fundamentales en Turquía.

Monseñor Jean-Pierre Ricard, arzobispo de Burdeos, subraya en la misiva que «algunos derechos fundamentales, en particular la libertad religiosa, no son totalmente respetados en Turquía, a pesar de las reformas emprendidas», según informa un comunicado publicado por la Conferencia Episcopal este miércoles.

El prelado expresa su pesar por el hecho de que «la apertura de eventuales negociaciones con la Turquía no haya sido subordinada al respeto completo de todos los derechos fundamentales, ya sea la libertad de expresión o de asociación, el estatuto de las mujeres y la libertad religiosa, derechos que constituyen el fundamento de la cohesión de la Unión Europea».

Dado que el Consejo Europeo se reunirá del 16 al 17 de diciembre, monseñor Ricard pide a Chirac que «vele para que Francia exija como condición para eventuales negociaciones con Turquía el respeto a la libertad religiosa, el reconocimiento de las minorías religiosas, y un estatuto jurídico conforme a las convenciones en vigor».

Monseñor Hippolyte Simon, arzobispo de Clermont, y vicepresidente de la Comisión de Episcopados de la Comunidad Europea (COMECE), ha informado sobre las cuestiones ligadas a Turquía afrontadas por los obispos de esta institución en la reunión que celebraron en Bruselas entre el 18 y el 19 de noviembre.

Ante todo, revela en un comunicado publicado también este miércoles, «la cuestión de la adhesión de Turquía [a la Unión Europea, ndr.] es una cuestión estrictamente política, en el sentido más profundo del término».

«Nos parece por tanto sumamente importante el que las cuestiones propiamente religiosas no sean manipuladas en este debate –pide–. Dado que la Unión Europea justamente siente apego por la libertad religiosa y la distinción entre la religión y la esfera política, las cuestiones religiosas no deben servir de excusa en un debate que afecta a todos los ciudadanos».

«La candidatura de Turquía, al igual que la de otros países, debe ser analizada en función de los criterios conocidos como «de Copenhague», que sirven de base para todas las negociaciones de adhesión».

«Es necesario por tanto reflexionar sobre cuestiones políticas que de todos modos se plantean: la concepción de la democracia, el respeto de los derechos humanos y en particular de los derechos de las minorías, la capacidad de la Unión para integrar a los países que entran, etc.».

«Se puede añadir también la cuestión ineludible de los límites geográficos, en particular en el Este, de la Unión Europea –sigue diciendo–. La cuestión se plantea hoy en el caso de Turquía y se planteará más tarde o más temprano en el caso de Ucrania, aunque este país no se ha presentado todavía como candidato a la adhesión».

«Después de haber conocido un informe dedicado a la cuestión del estatuto de las minorías religiosas en Turquía –denuncia el comunicado episcopal–, los obispos de la COMECE han quedado sorprendidos por el hecho de que la recomendación de la Comisión Europea del 6 de octubre pasado guarde silencio ante las faltas en materia de libertad religiosa observadas en Turquía».

Por este motivo, anuncia monseñor Simon la COMECE «pide a los jefes de Estado y de Gobierno que velen para que el Estado turco se comprometa desde ahora a reconocer un estatuto jurídico oficial a las minorías religiosas presentes en ese país. Este compromiso está en conformidad con la Convención Europea de los Derechos del Hombre. Debería formar parte de las condiciones previas a la apertura de negociaciones de adhesión y de las conclusiones del próximo Consejo Europeo».

«De hecho, todos los países de la Unión Europea ofrecen un estatuto legal a las diferentes Iglesias y comunidades religiosas –constata por último–. Esto está en conformidad con la Carta de los Derechos fundamentales adoptada en la Cumbre de Niza en 2000 e integrada en el Tratado constitucional en vías de ratificación».

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ZENIT Staff

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