La oración, clave para comenzar el día sin temor; según el Papa

«No estamos solos, pues Dios escucha e interviene», dice con el Salmo 118

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CIUDAD DEL VATICANO, 14 noviembre 2001 (ZENIT.org).- Comenzar la jornada con una intensa oración de confianza en Dios, que «escucha e interviene», es el consejo que Juan Pablo II ofreció este miércoles para superar el miedo y la incertidumbre.

El Santo Padre continuó, de este modo, con sus meditaciones sobre los Salmos y cánticos del Antiguo Testamento que los cristianos rezan en la Liturgia de las Horas. En esta ocasión, escogió el Salmo 118, el himno bíblico más largo.

Un pasaje poético que, como constató el mismo Papa, rezaba diariamente Blaise Pascal (1623-1662), filósofo, matemático y físico francés, considerado una de las mentes privilegiadas de la historia intelectual de Occidente.

El pontífice invitó a los cristianos a hacer de este pasaje una «oración viva y actual», como proponía el teólogo Dietrich Bonhoeffer, asesinado por los nazis en 1945.

La Iglesia invita a recurrir la estrofa XIX del Salmo al amanecer, para comenzar el día con una oración de intensidad única: «Te invoco de todo corazón: respóndeme, Señor, y guardaré tus leyes; a tí grito: sálvame», dice el primer versículo.

«Cuando aparece en el horizonte la aurora», explicó el Papa, al elevar esta oración, «el fiel está seguro de que el Señor le escuchará».

«Consolado por esta convicción –añadió utilizando el mismo lenguaje bíblico–, frente al día que se abre ante él, ya no teme los peligros. Sabe que no será arrollado por sus perseguidores que traicionándole le asedian, porque el Señor está a su lado».

La oración, concluyó, se convierte así en «la exaltación de una certeza: no estamos solos, pues Dios escucha e interviene».

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ZENIT Staff

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