Llamamiento de los salesianos a la legalidad internacional en Tierra Santa

Firma oposición a la construcción del muro en la población palestina de Beit Jala

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BELÉN, domingo, 2 septiembre 2007 (ZENIT.org).- Los salesianos, una de las familias religiosas que ofrece su servicio en Tierra Santa, ha lanzado un llamamiento al respeto de la legalidad internacional en Tierra Santa, oponiéndose en particular a la construcción del muro de separación israelí en la localidad palestina de Beit Jala.

El llamamiento, expresado en un comunicado, firmado por el padre Giovanni Laconi, vicario de la Inspectoría Salesiana del Medio Oriente (MOR), ha sido distribuido por la Agencia de Información Salesiana.

«Todo el muro, incluida la sección que pasa directamente por la propiedad de Cremisan, ha sido establecido de manera completamente autónoma por las autoridades israelíes, no obstante el conocido parecer consultivo emitido por la Corte Internacional de Justicia el 9 de julio de 2004».

«La Comunidad Salesiana, víctima de una decisión impuesta por las autoridades israelíes se opone firmemente a la política de separación unilateral; se declara ajena a la planificación del trazado del muro y, al mismo tiempo, lanza un llamado a todas las autoridades competentes para restituir la legalidad internacional».

El muro pasa por detrás de la Casa Salesiana con la finalidad de circundar la colonia israelí de Har Gilo, la cual se encuentra sobre la cumbre de la colina, para conectarla con la municipalidad de la Gran Jerusalén instituida unilateralmente por Israel en 1967.

«Es oportuno subrayar que la Casa de Cremisan se encuentra ya al interno de dicha municipalidad, situada entre las colonias de Gilo y de Har Gilo, por lo tanto la hipótesis de excluirla no ha sido nunca tomada en consideración».

«A los salesianos nunca les ha propuesto la opción sobre en qué lado del Muro quisieran situarse, teniendo en cuenta que las autoridades israelíes han decidido a priori la posición de la Casa dentro de los confines de la municipalidad trazada dichas autoridades», explica la nota.

El trazado del muro, que recorre el confín entre la Casa de Cremisan y el poblado palestino de Al-Walajeh, está construido sobre la propiedad salesiana, evitando atravesar el territorio de dicho poblado que, de haber sido así, habría sufrido un impacto aún más grave.

«En relación a la construcción del muro, la Comunidad Salesiana no ha contribuido de ninguna manera a agravar la difícil condición del poblado palestino, y no ha favorecido de forma alguna –directa o indirecta- la requisición de tierras pertenecientes al mismo poblado», añade el comunicado.

«Es oportuno recordar que durante largos periodos de la primera y segunda Intifada los salesianos permitieron el paso a los medios palestinos por las vías internas propias, teniendo en cuenta la falta de alternativas para las conexiones entre el norte y el sur de los Territorios».

«Además, en el momento en el que se reestablecieron las vías habituales de comunicación, el paso por la propiedad salesiana ha dejado de ser necesario».

«Por lo tanto, el hecho de que la Casa de Cremisan permanezca en el lado del Muro que mira hacia Israel no impide a los habitantes del poblado de Al-Walajeh acceder directamente al resto de Cisjordania a través la calle pública».

«Los responsables de la Comunidad Salesiana –que han estado y permanecerán abiertos al diálogo con los habitantes de la zona, a los cuales más de una vez han prestado significativos servicios de utilidad social– renuevan su profunda solidaridad con el poblado de Al-Walajeh y a toda la población palestina una vez más sometida a la asperidad de la ocupación».

«Al mismo tiempo –concluyen–, vuelven a expresar la esperanza de que todo muro entre las personas pueda caer en pos de un futuro de paz».

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ZENIT Staff

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