HANOI, 6 noviembre 2003 (ZENIT.org–Fides).- Al término de su asamblea anual celebrada el pasado octubre, los obispos de Vietnam han hecho un llamamiento a renovar el compromiso de evangelización de la Iglesia en el país asiático.
Se contiene en una carta pastoral –titulada «La misión de la Iglesia en el Vietnam de hoy para proclamar la Buena Nueva»– difundida tan pronto como concluyeron su encuentro en el Santuario de Bai Dau, a 1.800 kilómetros al sur de Hanoi.
Seguir el ejemplo de Jesús, tener valor y entusiasmo por el anuncio o utilizar las nuevas tecnologías son algunos de los requisitos de esta renovada evangelización, según las sugerencias de esta carta programática a sacerdotes, religiosos, seminaristas y laicos.
La proclamación de la Buena Nueva «es una gracia, es la vocación especial y la naturaleza más profunda de la Iglesia, una Iglesia que tiene su origen en la obra de Salvación de la Trinidad», reconocen los prelados vietnamitas.
De ahí que inviten a sacerdotes y laicos a seguir el ejemplo de Jesús y ser sus mensajeros: «Él nunca se cansó de predicar la Buena Nueva, entrando en contacto con toda clase de personas y realizando numerosos milagros para testimoniar la llegada del Reino de Dios».
Además de exhortar a la fidelidad al Magisterio de la Iglesia, los pastores de Vietnam recuerdan que la Iglesia en Asia ha recibido una misión especial de evangelización en el Tercer Milenio, como afirma la exhortación apostólica post-sinodal de Juan Pablo II «Ecclesia in Asia» (1999).
En la pastoral no olvidan señalar la necesidad de redescubrir el espíritu que inflamaba a los apóstoles después de Pentecostés, que les llevaba a vivir en armonía y a llevar el Evangelio a gente de toda tribu, lengua, pueblo y nación.
Los fieles deben tener el valor de ir a nuevos lugares donde «no ha llegado todavía la Buena Nueva» utilizando los medios apropiados para la difusión del Evangelio adaptados a la cultura de hoy, como son los medios de comunicación de masas y las modernas tecnologías, afirman los obispos.
E incluyen algunas indicaciones prácticas: a nivel espiritual, rezar por la evangelización, en las familias y en las comunidades; una vida de auténtico testimonio que preceda a la predicación verbal; visitar a las personas de otras religiones y establecer un diálogo; instituir comisiones especiales de evangelización en las diócesis; tener contactos con misiones y pueblos asilados; promover obras de caridad y promoción humana.
«Que el Espíritu Santo –concluye el texto– garantice la abundancia de gracia y una nueva efusión de Pentecostés a fin de que en el Tercer Milenio se produzca un aumento de fe en este vasto continente y en nuestra amada madre patria de Vietnam».
De los más de 81 millones de habitantes de Vietnam, el 6,84% es católico, según el Anuario Estadístico de la Iglesia Católica. El país cuenta con 37 obispos, 2.501 sacerdotes, 10 diáconos permanentes, 1.487 religiosos no sacerdotes, 9.548 religiosas, y 49.862 catequistas.
