Simposio de Teología india en Paraguay © Conapi.org

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Mons. Arizmendi: "La Iglesia y la teología no son de una sola cultura"

VI Simposio de Teología India en Asunción, Paraguay

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TEOLOGIA INDIA, TRINIDAD Y FAMILIA
+ Felipe Arizmendi Esquivel
Obispo de San Cristóbal de Las Casas
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Del 18 al 23 de septiembre, convocados por el Departamento de Cultura y Educación del CELAM, nos reunimos obispos, sacerdotes, religiosas y laicos en Asunción, Paraguay, para llevar a cabo el VI Simposio de Teología India, con el tema: Trinidad, Familia y Pueblos Originarios. Su objetivo general fue: Proseguir el camino de profundización de los contenidos doctrinales de la Teología India, para avanzar en su clarificación a la luz de la Palabra de Dios y del Magisterio de la Iglesia. Esto refleja lo que pidió el entonces Prefecto de la Doctrina de la Fe, Cardenal Joseph Ratzinger, al Cardenal Francisco Javier Errázuriz, entonces Presidente del CELAM, el 26 de julio de 2004.
Este camino de clarificación empezó en 1997, en Bogotá, Colombia, con la realización del I Simposio, dedicado a desbrozar qué es la Teología India. El segundo, en 2002, en Riobamba, Ecuador, se centró en lo mismo. A partir del III, en Guatemala, en 2006, nos abocamos a temas fundamentales de la fe católica: Jesucristo y los pueblos indígenas. El IV, en Lima, Perú, en 2011, se dedicó a la Creación en la Biblia y en los mitos indígenas. El V, en nuestra diócesis, en 2014, a la Revelación; nos preguntamos si las distintas formas en que nuestros pueblos hablan de Dios y con Dios es también una manifestación del mismo. Ahora, en Paraguay, abordamos el tema de la Trinidad, con estos objetivos específicos: Profundizar en la fe católica sobre el misterio de la Trinidad y sus diversas expresiones culturales a lo largo de la historia. Conocer, compartir y dialogar sobre el modo como viven los pueblos originarios el misterio de la Trinidad y la familia. Ofrecer elementos teológicos para acompañar pastoralmente a las familias originarias en los procesos de cambio que están viviendo. Compartir y celebrar la fe trinitaria entre los participantes con expresiones propias de las familias originarias. 
Esta Teología aún pasa por desconfianzas, como si no fuera tan católica, porque su método no es tan académico, con formulaciones doctrinales precisas, sino que es más simbólico, a base de mitos, ritos, sueños, tradiciones, costumbres, y la misma relación con la creación. Es narrativo, cósmico y celebrativo.
En Aparecida, en 2007, pasó algo muy interesante sobre este asunto. En el segundo borrador del documento, aparecía el término de Teología India; pero en el tercer borrador, desapareció. Preguntamos a la Comisión de Redacción, que encabezaba el actual Papa, por qué se había eliminado, y se nos explicó que fue por petición explícita del entonces Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Llevamos la discusión al pleno de la asamblea. El Prefecto hizo ver las reservas sobre el término. Se pasó a la votación, y de 122 obispos con derecho a voto presentes en ese momento, 59 pidieron que se incluyera el término en el documento final, y 63 que no. Así consta en las Actas oficiales. No se obtuvo la mayoría de dos tercios, y no pasó la propuesta; sin embargo, el alto número de votos favorables, a pesar de la intervención del Prefecto, nos hace pensar que el término de Teología India poco a poco ha ido logrando aceptación. 
PENSAR
No reflexionamos sobre el misterio de la Santísima Trinidad en abstracto, sino con su reflejo en la familia, con sus sombras y sus luces, pues nos preocupa la nueva realidad por la que están pasando las diferentes formas de familia entre nosotros.
Nos inspiró este texto del Papa Francisco: “La pareja que ama y genera la vida es la verdadera escultura viviente, capaz de manifestar a Dios creador y salvador. Por eso el amor fecundo llega a ser el símbolo de las realidades íntimas de Dios… Bajo esta luz, la relación fecunda de la pareja se vuelve una imagen para descubrir y describir el Misterio de Dios, fundamental en la visión cristiana de la realidad que contempla en Dios al Padre, al Hijo y al Espíritu de Amor. El Dios de la Trinidad es comunión de Amor y la familia es su reflejo viviente” (Amoris Laetitia, 11).
Entre las conclusiones, se dice: “Los pueblos originarios viven y expresan el misterio de la Trinidad con sus propias categorías, lo cual representa un aporte valioso para la teología. No tienen formulaciones doctrinales trinitarias propias, sino vivencias de este misterio. Las diversas teologías indias nos manifiestan que Dios es vida y experiencia, no una idea abstracta. La fe cristiana, que se fundamenta en la Trinidad, comprendida por la tradición cristiana como perijóresis, se expresa en la espiritualidad de los pueblos indígenas como relacionalidad, reciprocidad, complementariedad, comunitariedad. Es más que la diversidad en la unidad.
Desde ciertos sectores sociales y eclesiales, no se logra entender la relación que los pueblos originarios tienen con la naturaleza. Esta incomprensión genera miedos y juicios sobre la experiencia indígena, juzgándola como sacralización de la naturaleza, panteísmo, animismo… En las espiritualidades indígenas se celebra y entiende el Misterio de manera íntegra e interrelacional. El Espíritu está presente como fuerza vital en la vida y en las expresiones de los pueblos originarios. Así, la vivencia de la Trinidad asume diversas acentuaciones: unos resaltan más al Padre, otros más al Hijo, y otros más al Espíritu Santo. Algo semejante sucede en otras espiritualidades”.
ACTUAR
La Iglesia y la teología no son de una sola cultura. Hay muchas formas de expresar y de vivir la auténtica fe católica. Tengamos apertura de mente y de corazón para valorar los aportes de las teologías indias a la comprensión y vivencia del misterio cristiano.

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Felipe Arizmendi Esquivel

Nació en Chiltepec el 1 de mayo de 1940. Estudió Humanidades y Filosofía en el Seminario de Toluca, de 1952 a 1959. Cursó la Teología en la Universidad Pontificia de Salamanca, España, de 1959 a 1963, obteniendo la licenciatura en Teología Dogmática. Por su cuenta, se especializó en Liturgia. Fue ordenado sacerdote el 25 de agosto de 1963 en Toluca. Sirvió como Vicario Parroquial en tres parroquias por tres años y medio y fue párroco de una comunidad indígena otomí, de 1967 a 1970. Fue Director Espiritual del Seminario de Toluca por diez años, y Rector del mismo de 1981 a 1991. El 7 de marzo de 1991, fue ordenado obispo de la diócesis de Tapachula, donde estuvo hasta el 30 de abril del año 2000. El 1 de mayo del 2000, inició su ministerio episcopal como XLVI obispo de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, una de las diócesis más antiguas de México, erigida en 1539; allí sirvió por casi 18 años. Ha ocupado diversos cargos en la Conferencia del Episcopado Mexicano y en el CELAM. El 3 de noviembre de 2017, el Papa Francisco le aceptó, por edad, su renuncia al servicio episcopal en esta diócesis, que entregó a su sucesor el 3 de enero de 2018. Desde entonces, reside en la ciudad de Toluca. Desde 1979, escribe artículos de actualidad en varios medios religiosos y civiles. Es autor de varias publicaciones.

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