Nicaragua: “No podemos perdonar sobre una mentira”

El auxiliar de Managua pide la verdad sobre el asesinato del padre Pupiro

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LA CONCHA, martes 13 septiembre 2011 (ZENIT.org).- El pueblo católico de La Concha se congregó el domingo en la iglesia de la Inmaculada Concepción, donde monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua, les habló de perdón, de verdad y de justicia, mientras que los fieles se declararon inconformes con las indagaciones de la policía en relación a las indagaciones de la muerte violenta de su párroco Marlon Pupiro desaparecido el 20 de agosto y encontrado asesinado el pasado.

En la iglesia de la Inmaculada Concepción, del municipio de La Concha, monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua, habló de perdón aunque también de verdad y transparencia. Algo que tanto la Iglesia como los fieles de la población han exigido a las autoridades porque sigue sin convencerles la versión oficial sobre el terrible asesinato del párroco Marlon Pupiro (ver también en ZENIT: http://www.zenit.org/article-40270?l=spanish; http://www.zenit.org/article-40177?l=spanish).

Yazker Blandón Torres confesó haber asesinado al sacerdote Marlon Pupiro y pidió perdón por el daño causado pero los familiares de la víctima quedaron inconformes, porque sospechan que el criminal no dijo la verdad, informó este 10 de septiembre el periódico El Nuevo Diario de Nicaragua.

“Acepto los cargos que se me imputan, acepto los cargos de robo agravado y asesinato, y quiero en estos momentos pedir perdón por el hecho que cometí, pedir perdón a los familiares del padre, a la Iglesia católica y a mis familiares, es lo único que tengo que decir”, dijo Blandón.

La confesión provocó la inmediata reacción de los familiares del párroco asesinado, presentes en la audiencia. “Yo se lo dejo a Dios”, dijo Pablo Ernesto Pupiro, padre del sacerdote. Por su parte, María Lesbia Pupiro, hermana del presbítero, dijo no creer en la confesión hecha por Blandón: “Yo no creo en la confesión de ese hombre, porque él no está siendo sincero, porque está encubriendo a otras personas”.

Mientras, ante el Complejo Judicial de Nejapa, varios feligreses llegados de La Concepción, Masaya, la noticia de la confesión de Blandón fue recibida con gritos de: “¡Queremos la verdad!” y “¡Justicia!”.

La confesión no necesariamente significa que se dé carpetazo a las pesquisas, aunque hay indicios en que se quiere cerrar el caso rápidamente. Está pendiente que la policía informe del registro de las llamadas telefónicas que recibió el sacerdote el viernes 20 de agosto y la madrugada del día siguiente, cuando desapareció.

Sobre esta demanda de la familia, la jefa de la Dirección de Auxilio Judicial Nacional, DAJ, comisionada general Glenda Zavala dijo que el referido informe no tiene mayor importancia porque el acusado ya confesó su culpabilidad.

“No se puede perdonar sobre una mentira, no a un falso culpable que se autoacusa”, fueron las contundentes frases que el obispo auxiliar de Managua expresó a una asamblea abarrotada de fieles, la mañana del domingo 11 de septiembre, puntualizando que la Conferencia Episcopal no se ha echado atrás en la demanda de verdad y de justicia: “Seguiremos exigiéndola hasta el final, la posición de los obispos no ha cambiado”, aseguró.

En la audiencia inicial por el asesinato del párroco Pupiro, Yazker Blandón Torres pidió el perdón tras declararse único culpable, pero monseñor Báez insistió en que quieren conocer verdaderamente a “quién y por qué perdonar”.

“Lo mínimo que pedimos es la verdad sobre el perdón que ofrecemos como creyentes”, subrayó. Citando a Benedicto XVI expresó que “la Iglesia busca la verdad, se alegra cuando la encuentra y no la negocia con nadie” aunque prefirió no opinar sobre si sospechan de intereses particulares de algunos sectores que estén impidiendo esclarecer algunos puntos de la investigación. “Nunca hemos querido especular si hay intereses… no hemos señalado a nadie con el dedo y le hemos pedido a la gente que tampoco lo haga”, declaró monseñor Báez una vez concluida la misa.

Ante una feligresía indignada por la manera en que las autoridades afrontan el cruel asesinato del párroco de esta iglesia, monseñor Báez hizo un llamamiento a la calma y a la no violencia, recordando que “no podemos usar las mismas armas que usan contra nosotros”. La indignación, ira e impotencia son sentimientos lógicos y naturales ante un hecho de tanto dolor, les dijo, haciendo hincapié en que eso no debe motivar reacciones vengativas.

“Acojan el perdón, pero exijan la verdad, exijan la justicia”, repitió durante la homilía a los fieles, cuyo nuevo párroco, Helio Martín Cortez Sánchez, asumirá sus funciones el próximo sábado proveniente de la iglesia Nuestra Señora del Pilar de Managua. Un “sacerdote humilde, bueno, con buena formación, con espíritu de trabajo y con un gran deseo de venir a este pueblo y continuar la obra del padre Marlon Pupiro”, expresó el obispo auxiliar.

Monseñor Báez aseguró que la policía les ha prometido no cerrar las pesquisas. “Creemos que en el proceso judicial hay que abrir todavía la investigación… nosotros esperamos que se pueda esclarecer aún más”, confió. Al final, recordó que el clamor de justicia manifestado por la Iglesia católica es el eco de todo un pueblo. “Es todo un pueblo el que no está satisfecho con la investigación realizada. Creemos que no se ha llegado a fondo en las investigaciones, que hay personas que podrían aportar nuevas luces y se podría ahondar todavía en algunos detalles que aún no cuadran”.

Pobladores de La Concha, como Wilmer Ortiz, aseguraron que estarán pendientes y que no piensan declinar de su demanda de correcta aplicación de justicia bajo pruebas que les resulten creíbles.

La supuesta llamada que recibió el párroco asesinado y que motivó su salida en la madrugada del 20 de agosto es un interrogante que inquieta a los pobladores. También cuestionan las circunstancias en que el sacerdote salió de La Borgoña, así como los resultados de la inspección de la cabina de la camioneta, lo mismo que el largo periplo que hiciera el asesino transportando al religioso ya muerto.

<p>Un grupo de pobladores expresaron estar siendo víctimas de acoso policial, de intimidación. Moseñor Báez les invitó a no dejarse provocar, a ser prudentes y a no tener miedo. Los concheños advirtieron que se han contenido en emprender acciones como levantamientos “por obediencia a la Iglesia”, no porque no sean un pueblo aguerrido ante la injusticia.

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ZENIT Staff

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