Obispo nigeriano: La religión “no es la causante” de la violencia en Jos

Pide al Gobierno que “investigue a los verdaderos instigadores”

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ABUYA, martes 2 de diciembre de 2008 (ZENIT.org).- Los recientes actos de violencia entre cristianos y musulmanes, que han causado cerca de 200 muertos y 10.000 refugiados en la ciudad nigeriana de Jos «no se deben a motivos religioso sino a intereses políticos».

Así lo ha denunciado el arzobispo de Abuya, monseñor John Onaikeyan, en un mensaje que publica íntegro la agencia Fides.

Monseñor Onaiyekan muestra su pesar por la destrucción «totalmente evitable» de «vidas y propiedades», así como por el sufrimiento causado «a diversas familias y comunidades».

«Estamos preocupados por el hecho que los lugares de culto han sido tomados como mira de las violencias», añadió, en referencia a los actos de violencia perpetrados tanto contra iglesias como contra mezquitas en la ciudad..

El prelado, que se haya estos días en Roma, rechaza que se haga una «lectura simplificada» del enfrentamiento atribuyéndolo a motivos religiosos, y aseguró que este triste suceso tiene una «clara dimensión política».«Desafortunadamente, hay quienes intentan sacar provecho político culpando a la religión que es cínicamente manipulada, usada y abusada. Este es un motivo más por el que todos los líderes religiosos deben unir sus fuerzas para liberar la religión de aquellos que tratan de secuestrarla», añadió.

El arzobispo de Abuya afirmó que está en permanente contacto con el Sultán de Sokoto y presidente del Consejo Supremo de Asuntos Islámicos de Nigeria, Muhamad Sa’ad Abubakar, con quien está estudiando la posibilidad de publicar mensajes conjuntos de paz dirigidos a ambas comunidades.

Ante todo, reclama que el Gobierno de Nigeria asuma sus responsabilidades «en garantizar la seguridad de la vida y de las propiedades de los ciudadanos, sobre todo mediante la vigilancia, la firme e imparcial aplicación de la ley y del orden, de la justicia y en general del buen gobierno».

Pide también que se persiga «a los verdaderos planificadores, promotores y auspiciadores de estos incidentes, y llevarlos frente a la justicia, quien quiera que esto sean».

Por último, el prelado muestra sus condolencias, en nombre de la Asociación Cristiana de Nigeria que preside, a «todos aquellos que han perdido seres queridos y propiedades en este desafortunado incidente», y especialmente reza «por las almas de los que han muerto».

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ZENIT Staff

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