Pakistán: Cristianos y periodistas condenados a muerte por blasfemia

Denuncia de la agencia de la Santa Sede «Fides»

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ISLAMABAD, 6 agosto 2001 (ZENIT.org).- Las leyes contra la blasfemia de Pakistán, que condena a la pena de muerte «con palabras, orales o escritas, … directa o indirectamente a quienes ofenden el sagrado nombre del Santo Profeta», son usadas contra cristianos y periodistas. Lo denuncia la agencia misionera de la Santa Sede Fides

Ayub Masih, cristiano pakistaní, afronta la pena de muerte por haber protestado contra la pena de muerte por blasfemia. Además, recientemente cinco periodistas fueron acusados de blasfemia.

Dice un periodista en declaraciones a Fides: «El temor nos envuelve. Hay que tener sumo cuidado en lo que se escribe y cómo se escribe».

Ayub Masih, 28 años, acusado en 1996 por un vecino musulmán de haber dicho: «Si deseas conocer la verdad sobre el Islam, lee a Salman Rushdie», fue condenado a muerte el 27 de abril de 1998. Íntimamente perturbado por la sentencia del tribunal, unos días más tarde, el 6 de mayo de 1998, el obispo católico de Faisalabad, monseñor John Joseph, que había trabajado a fondo a favor de la abolición de la ley sobre la blasfemia de Pakistán, se suicidó en las escaleras del tribunal de Sahiwal.

El 25 de julio del 2001, la apelación de Masih, apoyada por Amnesty International, fue rechazada por el Tribunal Supremo de Lahore, sección de Multan. Ayub corre peligro de ser ahorcado y debe presentar su apelación ante el Tribunal Supremo del Pakistán antes del 24 de agosto.

Pero los jueces y abogados temen defenderle después que, en 1997, un juez, que había defendido a un cristiano acusado de blasfemia, fue asesinado por un musulmán.

El pasado enero, 5 periodistas de «The Frontier Post» fueron acusados de blasfemia y condenados a muerte, después que el periódico publicara una carta que, según la acusa, criticaba al profeta Mahoma.

Desde hace tiempo el periódico es blanco de acusaciones y ha sufrido seis meses de cierre forzado. Reanudó la publicación el pasado junio, pocos días antes de que su director, Rehmat Shah Afridi, fuese condenado a muerte por tráfico de droga. Según «Reporters sans Frontières», el arresto y la condena de Afridi esconde motivos políticos.

Desde hace tiempo, «The Frontier Post» acusa a las Fuerzas Anti-Droga de ganar enormes sumas de dinero precisamente a través del tráfico de droga. Con la condena del director y de 5 periodistas, el periódico corre peligro de ser cerrado.

Las leyes sobre la blasfemia, introducidas en 1986, son usadas con frecuencia con segundos fines, con consecuencias dolorosas para los cristianos y para todos los paquistaníes.

El 1 de abril del 2001 un cristiano, Parvaiz Masih, fue acusado de blasfemia. Masih es director de una escuela superior privada abierta hace 12 años, con 300 estudiantes. Su acusador es Mohammed Ibrahim, un terrateniente que inició una escuela islámica hace 2 años, con 65 estudiantes. La Comisión paquistaní de Justicia y Paz afirma que las acusaciones contra Parvaiz Masih son instrumentales y motivadas sólo por celos y competencia desleal.

El General Musharraf, que desde el 20 de junio del 2001 es Jefe de Estado, del Gobierno y de las Fuerzas Armadas, prometió reformar la ley sobre la blasfemia y mejorar el status de las minorías religiosas de Pakistán.

Marvyn Thomas, presidente de la Christian Solidarity Worldwide Association, con sede en Gran Bretaña, al protestar contra el uso de la pena de muerte por motivos religiosos, afirma que el «contraste entre la protección de los sentimientos musulmanes y la falta de salvaguardia para los cristianos es algo más que sorprendente».

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ZENIT Staff

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