Papa: no construyáis sobre la arena de la ideología, el poder y el dinero

Jesucristo es la «base solida» sobre la que construir

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CIUDAD DEL VATICANO, domingo 6 de marzo de 2011 (ZENIT.org).- Jesucristo es la “base sólida” sobre la que construir la propia vida, u sin embargo, a menudo el hombre “prefiere las arenas de las ideologías, del poder, del éxito y del dinero”.

Así lo afirmó hoy el Papa Benedicto XVI, al introducir el rezo del Ángelus con los peregrinos presentes en la Plaza de San Pedro, en referencia al evangelio del día, en el que Jesús “a través de la parábola de las dos casas construidas una sobre roca y otra sobre arena”.

Con esta parábola, Cristo “coloca al discípulo y a su camino de fe en el horizonte de la Alianza, constituida por la relación que Dios estableció con el hombre, a través del don de su Palabra, entrando en comunicación con nosotros”, dijo el Papa.

Jesús “es la Palabra viviente de Dios. Cuando enseñaba, la gente reconocía en sus palabras la misma autoridad divina, sentía la cercanía del Señor, su amor misericordioso, y alababa a Dios”.

“En toda época y en todo lugar, quien tiene la gracia de conocer a Jesús, especialmente a través de la lectura del santo Evangelio, se queda fascinado con él, reconociendo que en su predicación, en sus gestos, en su Persona Él nos revela el verdadero rostro de Dios”.

Al mismo tiempo, añadió, “nos revela a nosotros mismos, nos hace sentir la alegría de ser hijos del Padre que está en los cielos, indicándonos la base sólida sobre la que edificar nuestra vida”.

Pero, advirtió el Papa, “a menudo el hombre no construye su actuación, su existencia, sobre esta identidad, y prefiere las arenas de las ideologías, del poder, del éxito y del dinero, pensando encontrar en ellos estabilidad y la respuesta a la imborrable demanda de felicidad y de plenitud que lleva en la propia alma”.

“Y nosotros, ¿cobre qué queremos construis nuestra vida? ¿Quién puede responder verdaderamente a la inquietud de nuestro corazón?”, interrogó a los presentes.

“¡Cristo es la roca de nuestra vida! Él es la Palabra eterna y definitiva que no hace temer ningún tipo de adversidad, de dificultad, de molestia”, respondió.

Por ello, el Papa exhortó a todos a “hacer lugar, cada día, a la Palabra de Dios, a nutriros de ella, a meditarla continuamente”.

“Es una ayuda preciosa también para protegerse de un activismo superficial, que puede satisfacer por un momento el orgullo, pero que al final, nos deja vacíos e insatisfechos”, concluyó.

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ZENIT Staff

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