Portavoz vaticano impulsa la movilización por la dignidad de la mujer

Reflexión del padre Federico Lombardi, S.I.

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CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 17 febrero 2008 (ZENIT.org).- Los cristianos tienen que movilizarse contra la mentalidad machista, defendiendo y promoviendo la dignidad de la mujer, explica el portavoz vaticano.

El padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, ha consagrado al «genio femenino» el último editorial de «Octava Dies», semanario del Centro Televisivo Vaticano, del que también es director.

«¡Gracias a ti, mujer, por el hecho mismo de ser mujer! Con la percepción que es propia de tu femineidad, enriqueces la comprensión del mundo y contribuyes a la verdad plena de las relaciones humanas», afirma el sacerdote, citando la «declaración apasionada de agradecimiento, podremos decir de amor a cada mujer» formulada por Juan Pablo II en su «Carta a las mujeres» de 1995.

El padre Lombardi, ha evocado asimismo el discurso que dirigió Benedicto XVI al congreso internacional «Mujer y varón, la totalidad del humanum», celebrado en Roma del 7 al 9 de febrero, en el que explica que «la relación hombre-mujer en su respectiva especificidad, reciprocidad y complementariedad constituye, sin duda, un punto central de la «cuestión antropológica», tan decisiva en la cultura contemporánea».

El Papa, recuerda el portavoz, constata que «cuando el hombre o la mujer pretenden ser autónomos y totalmente autosuficientes, corren el riesgo de encerrarse en una autorrealización que les encierra en una soledad opresora».

Por eso, opina, es importante que se dé una reflexión  para que «los progresos de la ciencia y las actuales sensibilidades culturales» sean integrados con la perspectiva del «designio de Dios, que creó al ser humano varón y mujer».

«Contra la mentalidad machista, los cristianos tienen que promover una cultural que reconozca a la mujer, en el derecho y con los hechos, la dignidad que le compete, que le permita colaborar en la construcción de la sociedad, valorando lo que Juan Pablo II definía como su «típico genio femenino». Esta tarea sigue ante nosotros, en la Iglesia y en el mundo»¸ concluye.

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ZENIT Staff

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