(ZENIT – 26 marzo 2019).- El Santo Padre Francisco ha visitado esta mañana el Capitolio, sede de representación del Ayuntamiento de Roma, acogiendo la invitación de la alcaldesa de la ciudad, Virginia Raggi, quien le ha recibido a su llegada en la zona de Sixto IV, al toque de trompeta de los fieles de Vitorchiano.
Francisco se convierte así en el cuarto pontífice que visita el Campidoglio romano: el primero fue Pablo VI en 1966, seguido por Juan Pablo II en 1998 y por Benedicto XVI en 2009.
Después de llegar al primer piso del Palazzo Senatorio, en la Sala del Reloj, el Pontífice saludó a los familiares de la alcaldesa. Después, entraron juntos en su despacho y se asomó al balcón cuya vista se abre hacia el Foro Romano.
El Santo Padre sostuvo una conversación privada con Virginia Raggi y al final, juntos se dirigieron a la Sala del Tapiz, donde se encontraban el teniente de alcalde, los presidentes de los grupos del cabildo y los administradores del Capitolio, a quienes el Papa entregó una copia del libro Repensar el futuro desde las relaciones con sus discursos sobre Europa.
Sucesivamente, Francisco saludó a los asesores del Capitolio y a los presidentes de los municipios en el Salón de las Banderas y firmó el Libro de Oro Capitolino.
Discurso a los administradores municipales
Posteriormente, el Papa y la alcaldesa entraron en la Sala Julio César. Aquí, tras el saludo de la alcaldesa Virginia Raggi, el Santo Padre dirigió su discurso a los administradores municipales.
«La ‘Ciudad eterna’ –anunció el Papa– es como un enorme cofre de tesoros espirituales, histórico-artísticos e institucionales, y al mismo tiempo es el lugar habitado por cerca de tres millones de personas que aquí trabajan, estudian, rezan, se encuentran y llevan adelante su historia personal y familiar, y que en su conjunto son el honor y el esfuerzo de todo administrador, de todo aquel que trabaje por el bien común de la ciudad». Por lo tanto, continuó, «necesita de cuidados humildes y asiduos y coraje creativo para mantenerse ordenado y vivible, para que tanto esplendor no se degrade».
Roma, además “posee una vocación universal”, “portadora de una misión y de un ideal” a ser “narrado a todos” , “a cualquier pueblo al que se pertenezca, cualquier idioma se hable y de cualquier color sea la piel”, describió Francisco.
Estudios sobre Ciencias de la Paz
Al final, la alcaldesa dio las gracias al Papa y anunció la creación de dos becas en el ámbito de estudios sobre Ciencias de la Paz, instituido por el Santo Padre en la Pontificia Universidad Lateranense y la dedicación de la Sala de la Pequeña Protomoteca a la Laudato si’ del Papa Francisco.
A continuación, tuvo lugar el intercambio de regalos: en memoria de su visita, el Santo Padre regaló un mosaico que reproduce el Coliseo y las medallas del Pontificado.
A las 11:20 horas, el Papa Francisco y la alcaldesa Virginia Raggi se asomaron a la Logia del Palacio Senatorio; el Santo Padre saludó a los ciudadanos concentrados en la Plaza del Capitolio.
Al final, en la Sala de la Protomoteca, el Papa saludó a una representación de los empleados del ayuntamiento con sus familiares. A las 11:50 horas, después de llegar al Pórtico del Vignola, el Papa se despidió de la alcaldesa y regresó en automóvil al Vaticano.
El Papa Francisco y Virginia Raggi, alcaldesa de Roma, en el Capitolio romano © Vatican Media
Roma: Francisco visita el Capitolio y se reúne con la alcaldesa Virginia Raggi
Cuarto pontífice en visitarlo