«Soy consciente de que no estoy solo», confirma Joseph Ratzinger al año de su elección como Papa

Constata el apoyo de Dios y cuatro millones de fieles acuden a las citas pontificias

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CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 23 abril 2006 (ZENIT.org).- Benedicto XVI es consciente –admite– de que no está sólo en su misión petrina: cuenta con el «insustituible apoyo» de Dios y de los santos, y con la cercanía de los fieles «en una gran comunión».

En el clima festivo de la Octava de Pascua, el Papa celebró el miércoles pasado la audiencia general en la Plaza de San Pedro, a la que acudieron más de sesenta mil fieles en la soleada mañana.

Se cumplía un año de su elección como 264° sucesor de Pedro.

Procedente de la residencia pontifica de Castel Gandolfo –donde ha pasado unos días de descanso–, el Papa llegó a su encuentro semanal, la mayor parte del cual lo dedicó a profundizar en el significado de la Pascua.

Agradeciendo la alegría de los peregrinos y sus aclamaciones de felicitación, el Papa expresó: «Juntamente con vosotros quisiera dar gracias al Señor, que, después de haberme llamado hace exactamente un año a servir a la Iglesia como Sucesor del apóstol Pedro, no deja de acompañarme con su indispensable ayuda».

«¡Qué rápido pasa el tiempo!», exclamó.

«Ya ha transcurrido un año desde que, de un modo para mí absolutamente inesperado y sorprendente, los cardenales reunidos en cónclave decidieron elegir a mi pobre persona para suceder al amado siervo de Dios el gran Papa Juan Pablo II», expresó ante la multitud.

«Recuerdo con emoción el primer impacto que tuve, desde el balcón central de la basílica, inmediatamente después de mi elección, con los fieles reunidos en esta misma plaza», admitió.

«Se me ha quedado grabado en la mente y en el corazón ese encuentro, al que han seguido muchos otros, que me han permitido experimentar la gran verdad de lo que dije durante la solemne concelebración con la que inicié solemnemente el ejercicio del ministerio petrino –observó Benedicto XVI–: “Soy consciente de que no estoy solo. No tengo que llevar yo solo lo que, en realidad, nunca podría llevar yo solo”».

«Y cada vez me convenzo más de que por mí mismo no podría cumplir esta tarea, esta misión», insistió.

«Pero siento también que vosotros me ayudáis a cumplirla –confesó–. Así estoy en una gran comunión y juntos podemos llevar adelante la misión del Señor».

Igualmente, recalcó: «Cuento con el insustituible apoyo de la celestial protección de Dios y de los santos, y me conforta vuestra cercanía, queridos amigos, que me otorgáis el don de vuestra indulgencia y vuestro amor».

Y agradeció «de corazón» a todos los que de diversas maneras le «acompañan de cerca» o le siguen «de lejos espiritualmente con su afecto y su oración».

«A cada uno le pido que siga sosteniéndome, pidiendo a Dios que me conceda ser pastor manso y firme de su Iglesia», añadió.

El Papa concluyó la audiencia del miércoles con el canto del Padre Nuestro y la Bendición Apostólica, impartida junto a los obispos presentes. Asimismo recorrió en un vehículo descubierto la plaza para poder saludar de cerca a los numerosísimos peregrinos.

De la proximidad y el calor que rodean al Papa son expresión las cifras de participación de fieles –difundidas la víspera de este primer aniversario por la Sala de Prensa de la Santa Sede– en las citas pontificias.

En este primer año de pontificado, más de cuatro millones de fieles y peregrinos han acudido a Roma a participar en las audiencias generales o especiales, en el rezo dominical del Ángelus o en las celebraciones litúrgicas presididas por Benedicto XVI.

Los datos de la Prefectura de la Casa Pontificia revelan en concreto la participación, en estos últimos doce meses, en Roma, de 1.121.500 personas en las audiencias generales, 384.900 en las audiencias especiales, 697.200 en las celebraciones litúrgicas y 1.875.000 en el Ángelus dominical.

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ZENIT Staff

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