«Tiempo de esperanza» para la Iglesia en Estados Unidos, afirma Juan Pablo II

La purificación tras los escándalos producirá un «sacerdocio más santo»

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CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 2 abril 2004 (ZENIT.org).- La purificación que ha emprendido la Iglesia en Estados Unidos, tras los escándalos atribuidos a sacerdotes en los últimos dos años, constituye un «tiempo de esperanza», según Juan Pablo II.

El Santo Padre quiso «reafirmar» su «confianza en la Iglesia en Estados Unidos» al recibir este viernes al primer grupo de obispos católicos del país venidos a Roma para cumplir con su quinquenal visita «ad limina apostolorum».

Confesó, por ello, su «aprecio por la profunda fe de los católicos estadounidenses» y su «gratitud por sus muchas contribuciones a la sociedad estadounidense y a la vida de la Iglesia en el mundo».

«Visto con ojos de fe, el actual momento de dificultad es también un momento de esperanza, esa esperanza que no decepciona, pues está arraigada en el Espíritu Santo, que constantemente suscita nuevas energías, llamadas y misiones en el Cuerpo de Cristo», aseguró el Santo Padre en el discurso que dirigió en inglés a los prelados.

El pontífice recordó que la asamblea del Sínodo, celebrada en Roma poco después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, presentó al obispo como «profeta, testigo y servidor de la esperanza en el mundo».

El ejercicio de este testimonio profético en la sociedad estadounidense contemporánea, dijo el Papa citando los informes que los obispos le han presentado, «a pesar de las crecientes dificultades ocasionadas por los recientes escándalos y la clara hostilidad al Evangelio en ciertos sectores de la opinión pública, no puede ser evadido o delegado a otros».

«Dado que la sociedad estadounidense afronta una preocupante pérdida del sentido de la trascendencia y la afirmación de una cultura materialista y efímera, necesita desesperadamente este testimonio de esperanza», señaló.

«Este tiempo de purificación llevará, por la gracia de Dios, a un sacerdocio más santo, a un episcopado más santo y a una Iglesia más santa, una Iglesia más convencida de la verdad del mensaje cristiano, del poder redentor de la Cruz de Cristo, y de la necesidad de unidad, fidelidad y convicción para testimoniar el Evangelio ante el mundo», concluyó.

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ZENIT Staff

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