Más de 130 personas han muerto en Líbano a causa de la violencia en la región fronteriza, entre ellas 17 civiles, según informes de los medios de comunicación. Aunque los ataques israelíes se han dirigido contra objetivos de Hezbolá, situados en su mayoría en zonas chiíes, varias aldeas cristianas también han sufrido daños colaterales.