WASHINGTON, D.C., miércoles 31 de agosto de 2011 (ZENIT.org).- La dura realidad del paro y de la pobreza no es sólo un problema económico, también es un desafío moral y una prueba para la fe, sostienen los obispos de Estados Unidos.
Monseñor Stephen Blaire de Stockton, California, lo afirmó en “Costes humanos y desafíos morales de una economía en crisis”, la declaración anual de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos (USCCB) para el Labor Day, difundida el pasado miércoles 24 de agosto.
Para el prelado, que es presidente del Comité de los obispos estadounidenses para la Justicia Interna y el Desarrollo Humano, “nuestra fe nos da un manera particular de ver esta economía en crisis”.
“Desde los profetas del Antiguo Testamento hasta el ejemplo de la Iglesia primitiva registrado en el Nuevo Testamento, aprendemos que Dios cuida a los pobres y a los débiles y mide la fe de la comunidad según como se trata a los que viven al margen de la sociedad”.
“En el periodo que pasó sobre la tierra, Jesús nos enseñó la dignidad del trabajo y afirmó que seremos juzgados según nuestra respuesta a los 'últimos'”.
Los cristianos, añadió el prelado, “Deben estudiar con cuidado lo que Jesús nos ha enseñado sobre el uso del dinero y de la riqueza, sobre el espíritu de administración y del desprendimiento, sobre la búsqueda de la justicia y el cuidado a los necesitados y sobre la llamada a la búsqueda y al servicio del Reino de Dios”.
“Basándose sobre estos valores de la Escritura, nuestra Iglesia se ha centrado en el trabajo, en los trabajadores y en la justicia económica en una serie de Encíclicas Papales, comenzando por la Rerum Novarum”.
El documento prosigue destacando la visión de la Iglesia con respecto al trabajo, a las uniones de los trabajadores y a la solidaridad con los pobres.
“Para los cristianos no es suficiente reconocer las dificultades actuales”, destacó monseñor Blaire. “Somos personas de esperanza, comprometidas con la oración, para ayudar a todos los que afrontan tiempos difíciles y trabajar con los demás para construir una economía mejor”.
“Nuestra fe nos da fuerza, dirección y confianza en estas tareas”, indicó.
El texto completo de la declaración está disponible en: www.usccb.org/about/domestic-social-development/upload/Labor-Day-2011.pdf