Muchas de las víctimas de la violencia que rindieron testimonio en los diálogos de paz entre el Gobierno de Colombia y las FARC, al regresar necesitan apoyo psicosocial para superar el trauma que significó reabrir las heridas al contar lo sufrido. Las reuniones de acompañamiento tienen lugar en las instalaciones de la Conferencia Episcopal.

"Esta reunión se realiza cada vez que viaja una delegación. Por pedido de las víctimas estás reuniones van sumando a personas de las delegaciones que van viajando", puntualizó la Dra. Cardona Lozada, médico psiquiatra y representante del episcopado que acompaña psicológicamente a las víctimas en una nota publicada en la página web de la Conferencia Episcopal

Por su parte, Marisol Garzón, hermana del periodista y humorista, Jaime Garzón, ha calificado el acompañamiento de las instituciones como positivo. "Me dio mucha alegría cuando supe que estaba la Conferencia Episcopal de Colombia porque eso le da un sello significativo, seriedad y garantía al proceso", destacó.

El general en retiro, Luis Mendieta, comentó que si bien el acompañamiento de las instituciones es positivo, se ha sentido el peso de representar a más de 6 millones de víctimas en el país. Frente a esta situación, pidió a las instituciones que les apoyen con un grupo de expertos nacionales de todas las áreas para que les orienten y asesoren en este proceso.

Durante la reunión --confirma la nota de la CEC-- se ha propuesto a las víctimas un proyecto para continuar el acompañamiento y posicionar su lugar dentro de la construcción de la paz en el país.

El pasado mes de agosto, doce familiares de colombianos, víctimas de los guerrilleros, paramilitares, grupos ilegales, y militares corruptos, dieron su testimonio durante nueve horas ante guerrilleros del grupo terrorista FARC y representantes del Gobierno colombiano reunidos en La Habana. Fue el primero de los cinco grupos escogidos por la ONU, la Universidad Nacional y la Conferencia Episcopal de Colombia, para participar en el proceso de paz.

El episcopado colombiano está manteniendo un contacto asiduo y de asistencia a las víctimas durante el proceso de paz. El pasado mes de septiembre, el presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Luis Augusto Castro, acompañado del padre Darío Echeverri, secretario de la Comisión de Conciliación Nacional, viajaron a la Habana para prestar un acompañamiento y asistencia espiritual al segundo grupo de 12 víctimas que se reunieron con la mesa negociadora de paz en Cuba.

El obispo de Cúcuta, monseñor Julio César Vidal Ortiz, tras su participación en la Asamblea Extraordinaria de obispos que se llevó a cabo del 11 al 13 de agosto en Bogotá, afirmó que a la Iglesia Católica Colombiana "le preocupa la situación actual del país y todo lo que tiene que ver con el postconflicto". Y precisó que se encuentra trabajando en una Pastoral de la Reconciliación y la Paz. "Aunque siempre hemos estado acompañando los distintos procesos en favor de la paz, ahora, estamos comprometidos de una manera más radical en favor de las víctimas, los victimarios y de todo lo que el gobierno debe ofrecer para que nuestra sociedad no siga corrompiéndose moralmente y por lo tanto se haga incapaz de aclimatar la paz".

El proceso de paz comenzó en La Habana el 18 de noviembre de 2012, tras 50 años de conflicto armado.

Un proceso que también preocupa al Santo Padre, quien el pasado 25 de septiembre, al finalizar la audiencia general, conversó con una delegación en la que se encontraban una víctima, un ex guerrillero y una ex paramilitar. "No paren de trabajar por la paz de Colombia", fue la petición que formuló el papa Francisco. La delegación colombiana estuvo encabezada por Alejandro Eder, director de la Agencia Colombiana para la Reintegración, ente que se encarga de reintegrar en la sociedad a las personas que salen de los grupos armados ilegales.  

Eder indicó ese día que desde enero del 2013 en Colombia se han desmovilizado más de 56 mil personas, solo del grupo FARC 17 mil, 4 mil del ELN y el resto, unas 35 mil personas, de los paramilitares ilegales.