CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 4 de noviembre de 2009 (ZENIT.org).- En las escuelas europeas se prohíben los crucifijos pero se promueven las calabazas de Halloween, constata el secretario de Estado de Benedicto XVI comentando con algo de ironía la sentencia del Tribunal europeo de Derechos Humanos, que exige la retirada del símbolo cristiano de las aulas.

"Esta Europa del tercer milenio sólo nos deja las calabazas de las fiestas repetidamente celebradas y nos quita los símbolos más queridos", afirma el cardenal Tarcisio Bertone SDB., en un comentario recogido por la edición del 5 de noviembre de "L'Osservatore Romano".

"Se trata verdaderamente de una pérdida. Tenemos que tratar con todas las fuerzas de conservar los signos de nuestra fe para quien cree y para quien no cree", asegura el purpurado italiano.

Tras manifestar su "aprecio" por la iniciativa del gobierno italiano de presentar un recurso contra la decisión de los jueces europeos, el purpurado recordó que el crucifijo es "símbolo de amor universal, no de exclusión, sino de acogida".

"Me pregunto --concluyó-- si esta sentencia es un signo razonable o no".