Juan Pablo II: Roma, Capital de la juventud durante una semana

El Papa agradece la acogida que están ofreciendo las familias y voluntarios

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CASTEL GANDOLFO, 15 agosto (ZENIT.org).- «¡Roma será la capital de la juventud del mundo!» durante esta semana. Lo prometió Juan Pablo II al encontrarse con varios miles de peregrinos a mediodía, horas antes de que comenzar las Jornadas Mundiales de la Juventud que del 15 al 20 de agosto reúnen a cientos de miles de jóvenes.

Roma ofrecía esta mañana al desperezarse un espectáculo único: chicos y chicas, con camisetas, pañuelos o sombreros en la cabeza, de todas las razas, caminaban en grupos invadiendo las calles para llegar a las parroquias de la Ciudad Eterna que se han volcado para darles la bienvenida. Los párrocos, repitiendo un gesto típico de san Felipe Neri, al acoger a los peregrinos que llegaban a Roma, lavaron los pies a algunos de los jóvenes en señal de acogida.

Una atención particular se reservó a trescientos jóvenes provenientes de países en guerra. Les acogió el cardenal vicario de Roma, Camillo Ruini y él mismo fue quien les lavó los pies en la basílica más importante de Roma, la de san Juan de Letrán.

Cuando le quedaban seis horas para dar personalmente la bienvenida a los jóvenes, que se congregarían después en las plazas de San Juan de Letrán y en la de San Pedro del Vaticano, el Papa quiso agradecer «a los organizadores y a los numerosos voluntarios todo lo que han hecho y lo que harán en los próximos días para asegurar el éxito del gran Jubileo de los jóvenes». Asimismo dio las «gracias de manera particular a las familias, parroquias, escuelas, instituciones, que han abierto sus puertas para acoger a los jóvenes peregrinos provenientes de todas las partes del mundo».

«Se puede decir –añadió–, que desde hoy hasta el próximo domingo, ¡Roma será la capital de la juventud del mundo!».

Juan Pablo II encomendó a la Virgen María, de quien los mil millones de católicos del planeta celebraban en ese día la fiesta de la Asunción, el éxito y la fecundidad de estos días de encuentro juvenil. Recordó que en las vísperas de este día, había sido asesinado hace 49 años en Auschwitz Maximiliano Kolbe, y concluyó: «Que la Reina del cielo, a quien él tanto amaba, siga como madre cariñosa el camino terreno de sus hijos, en especial de las nuevas generaciones, y les recuerde a todos la meta gloriosa, donde ella nos ha precedido y nos espera».

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ZENIT Staff

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