Toronto 2002: Canadá prepara ya las próximas Jornadas Mundiales

ROMA, 23 agosto (ZENIT.org).- «Acoger un encuentro así constituye un desafío y una bendición para los católicos en Canadá y, con la gracia de Dios, generará una contribución significativa al plan pastoral para las futuras generaciones». Monseñor Gerald Wiesner, o.m.i., obispo de Prince George y presidente de la Conferencia Episcopal de Canadá (CECC), ha agradecido al Santo Padre la confianza que ha puesto en Canadá al encargarle la organización de las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ) en Toronto, en julio del año 2002.

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Monseñor Wiesner cree que este acontecimiento tendrá consecuencias importantes para la Iglesia católica de su país, según confiesa en un comunicado publicado por la oficina de prensa de la Conferencia Episcopal, el 20 de agosto. En él se puede comprobar que Canadá ya está trabajando para preparar las próximas JMJ.

«En espera del anuncio oficial, la Conferencia Episcopal de Canadá, que había presentado una petición al Vaticano hace dos años, se preparaba desde hace tiempo para la organización de este acontecimiento. El padre Thomas Rosica, quien ha sido nombrado desde hace algunos meses director general de las JMJ 2002, se encuentra ya manos a la obra en compañía de sus principales colaboradores. De hecho, muchos de los miembros del comité organizador se encontraban en Roma desde la mitad de julio para familiarizarse con los elementos de una organización de este tipo».

El padre Rosica se ha convertido, desde hace tiempo, en un rostro familiar para los periodistas que han trabajado en el Centro de Prensa del Jubileo romano y,
entre sus «lugartenientes» se encuentra Chris Radziminski, uno de los quince muchachos que Juan Pablo II acogió como huéspedes en su residencia de Castel Gandolfo.

La clave: la acogida
Canadá quiere insistir en la acogida y el contacto personal de los jóvenes peregrinos. «Antes de que se celebren los grandes encuentros, en los que participará el Santo Padre en la Ciudad Reina, las diócesis canadienses –explica el comunicado– acogerán a los jóvenes con el objetivo de permitir un contacto real entre los canadienses y los peregrinos que vendrán de los cinco continentes. Esos momentos de convivencia privilegiada entre jóvenes de países y culturas diferentes son considerados como uno de los puntos fuertes de las Jornadas Mundiales de la Juventud».

«El presupuesto de las Jornadas Mundiales de la Juventud del 2002 –precisa el comunicado–, es de unos 20 millones de dólares. Los diferentes gobiernos –federal, provincial y municipal– se han comprometido a colaborar de cerca con el comité organizador, con el objetivo de asegurar el éxito de esta empresa».

Para más información, puede enviar un mensaje al director del Servicio de Comunicación de la Conferencia Episcopal de Canadá, William Kokesch (kokesch@cccb.ca).

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ZENIT Staff

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