El viaje de los dos líderes católicos al Norte servirá para preparar la visita del Papa a uno de los últimos bastiones del comunismo. La noticia del viaje fue dada durante una rueda de prensa, el pasado 14 de agosto, por Park Ji-won, ministro de Cultura y Turismo surcoreano. El ministro habló también de la visita a Pyongyang de 48 personalidades del mundo de los medios de comunicación del Sur y anunció que el presidente de Corea del Norte, Kim Jong-il, quiere extender la invitación a los representantes de las 7 principales religiones de Corea del Sur: catolicismo, protestantismo, budismo, budismo won, confucianismo, Chondokyo y cultos tradicionales coreanos.
Monseñor Nicholas Cheong, nombrado por el Papa Juan Pablo II en 1998 administrador apostólico de Pyongyang. Sin embargo, todavía no ha podido visitar a sus fieles, pues el gobierno comunista no le ha permitido entrar en el Norte. Comenta a «Fides»: «Creo que la visita de líderes religiosos al Norte es un primer paso hacia intercambios religiosos entre ambas Coreas». Y añadió, comentando su anhelo de atravesar la frontera: «Mi mayor deseo es confirmar en la fe a los fieles laicos y sacerdotes sobrevivientes. Si de los últimos queda alguno todavía, quiero encontrarlos directamente. Si todos han muerto, quisiera rezar ante sus tumbas».
Actualmente hay cerca de 2.000 católicos en Corea del Norte, pero –según informaciones oficiales– no hay sacerdotes ni religiosos y no se tienen noticias de monseñor Francis Hong Yong-ho, nacido en 1906 y nombrado obispo de Pyongyang en 1962.
El 15 de agosto, mientras en el Centro Myongdong de la catedral de Seúl se celebraba la Eucaristía número 284 por la reconciliación y reunificación de ambas Coreas, cien representantes de las familias divididas del Norte y del Sur se encontraron por primera vez. Los encuentros continuaron los días siguientes. En total, 1.200 los miembros de familias divididas pudieron abrazarse después de 50 años de separación. Los cien norcoreanos fueron seleccionados entre más de 70.000 solicitudes presentadas. Los gobiernos de ambas Coreas declararon su intención de programar otros encuentros antes del «Chusok», Día de Agradecimiento coreano, que cae el 12 de septiembre.
Los gobiernos se proponen establecer asimismo en el futuro un lugar de encuentro permanente, con toda probabilidad en la aldea de Panmunjom, porque muchos miembros de familias separadas, de edad ya avanzada, podrían morir antes de abrazar a sus seres queridos. Una fuente de «Fides» cercana a la Conferencia Episcopal de Corea del Sur, comentó: «El número de los miembros de las familias divididas supera 1.230.000 personas. Si se permite el encuentro de sólo 100 personas al mes, se necesitarán más de mil años para que todos puedan volver a verse. ¡Habrá que esperar al cuarto milenio!».