El Partido del Desarrollo Unido y otras formaciones musulmanas menores habían propuesto adoptar la ley islámica porque Indonesia es una nación de gran mayoría islámica: de sus 200 millones de habitantes, el 86% son musulmanes. El planteamiento de un Estado islámico –decían– se encuentra también en la Jakarta Charter, uno de los esbozos de Constitución elaborados por los padres fundadores de la nación.
El intento de introducir la sharia en la Constitución de 1945 ha sido impedido gracias a la oposición de los dos mayores partidos de la Asamblea: el Partido Democrático Indonesio de Lucha (PDI-P) y el Golkar. Según las dos formaciones políticas que, juntas, cuentan con 367 de los 700 escaños del Parlamento, la introducción de la «sharia» (o ley islámica) llevaría al país a la desintegración.
Akbar Tandjung, líder del Gokar, afirma en declaraciones reproducidas por «Fides»: «Hemos decidido no aportar variaciones al artículo 29 de la Constitución (que trata de las relaciones entre Estado y religión) por ser un tema delicado que podría producir serias amenazas a la unidad del país. Un país musulmán debe aceptar la existencia de grupos minoritarios si quiere mantener la unidad nacional… Considerando la necesidad del pluralismo y del estallido de violencia sectaria y fundamentalista, nuestro Partido ha decidido no aportar cambios al artículo 29. Debe permanecer como es. Otros líderes políticos y militares consultados concuerdan con la formulación actual».
Según Taudiqurrahman Saleh, jefe del Partido del Despertar Nacional (PKB), la cuestión había sido discutida ya por los padres fundadores, que tomaron después la decisión de dar un rostro laico al Estado. El líder musulmán Hamdan Zoelva, del Partido de la Estrella Creciente, favorable a la «sharia», considera que la adopción de la ley islámica no perjudicaría a la tolerancia religiosa.