VARSOVIA, 31 agosto (ZENIT.org).- En una carta leída el domingo, 27 de
agosto, en todas las iglesias de Polonia, los obispos católicos expresaron
su «mea culpa» por las actitudes hostiles que demostraron algunos católicos
polacos contra los judíos en tiempos del Holocausto. En el texto, además,
Los prelados condenan firmemente toda forma de antijudaísmo y de
antisemitismo.
Los obispos polacos habían aprobado el texto de esta petición de perdón el
25 de agosto durante una asamblea especial que celebraron con motivo del
gran Jubileo del año 2000, en el santuario mariano nacional de Czestochowa.
El contenido de la carta fue publicado también al día siguiente por la
«Gazeta Wyborcza».
En su mensaje, los obispos polacos hacen un llamamiento a los fieles a
luchar contra el antisemitismo y piden perdón por las faltas de la Iglesia
en tiempos de la persecución nazi contra los judíos.
«Pedimos perdón –dicen los obispos– por aquellos que entre nosotros
muestran desprecio por las personas de otras confesiones o toleran el
antisemitismo». Definen a este último, «al igual que el anticristianismo»,
como «un pecado».
El documento recuerda «el drama del holocausto planificado y realizado por
los nazis alemanes, principalmente en Polonia, durante la ocupación
alemana». Los obispos afirman la «necesidad» de reconocer que, si bien se
dieron «numerosos gestos generosos de polacos que salvaron la vida de
judíos», hubo también en tiempos del Holocausto «pecados» como «la
indiferencia» y la «hostilidad» por parte de católicos polacos hacia los
judíos.
Por este motivo, los prelados invitan a los fieles a entretejer lazos de
«solidaridad cristiana» con «el pueblo de Israel» para que «una catástrofe
así no vuelva a repetirse nunca más» y a «combatir toda expresión de
antijudaísmo, que surge de una falsa interpretación de la enseñanza de la
Iglesia, y el antisemitismo, derivado por el odio nacionalista y racista».