BANGALORE, 24 sep (ZENIT.org).- Con la luz de la lámpara tradicional «Kuthu Vilaku», fue inaugurada la Asamblea Nacional «Yesu Krist Yayanti 2000», que se ha desarrollado del 20 al 24 de septiembre, en la que un buen número de laicos, religiosos, sacerdotes y obispos representan a cada diócesis de la India.
El cardenal Josef Tomko, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, presidente invitado, expresó su aprecio por la Iglesia en India afirmando: «Históricamente sois una de las antiguas fundaciones del mundo y sois una de las más vibrantes Iglesias y parte de la Iglesia
fundada por Jesucristo». Él está presente en los puntos de vista de vuestras discusiones, dijo, y actúa conservando vuestra auténtica identidad india.
El cristianismo en India llegó, según la tradición, por la predicación del apóstol Tomás (año 52 d.C). Más tarde, en 1776, llegaría uno de los más grandes misioneros de todos los tiempos: san Francisco Javier (1776). Hoy día, India es el país con el mayor número de seminaristas del mundo (10.320, según el Anuario Estadístico de la Iglesia, 1998). El cristianismo en estas tierras, por otra parte, está experimentando la fuerza que imprime en la Iglesia la persecución provocada por grupos fundamentalistas.
Hablando precisamente sobre la libertad religiosa, el cardenal eslovaco dijo a la Asamblea que es un derecho humano fundamental y que cada estado debe proteger y garantizar este derecho. Dejó claro que la libertad religiosa está contenida en la Constitución de todos los estados modernos incluyendo la India. El cardenal subrayó que nadie puede controlar la profesión religiosa de una persona y que las personas tienen incluso el derecho de cambiar de religión.
El prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos añadió: «Formáis parte de una Iglesia en misión y esta misión es la verdadera naturaleza de la Iglesia. La Iglesia tiene el derecho de proclamar a través del testimonio y el diálogo. Hizo hincapié en que la Iglesia solamente propone, no impone nada».
El cardenal Tomko indicó algunos puntos para la reflexión de la Asamblea Nacional. «En primer lugar --dijo-- debéis ser una Iglesia orante», subrayando que los católicos indios están llamados a ser una Iglesia orante en Asia porque el corazón de la Iglesia local debe ponerse en contemplación de Jesucristo.
Destacando el papel de los laicos, el cardenal dijo: «Necesitáis a los laicos católicos para ofrecer los valores del Reino a la sociedad». Por ello subrayó que los laicos deben se formados y preparados para esta tarea de testimonio. Hizo hincapié en que la participación de las mujeres en los diversos niveles de la sociedad es esencial porque son ellas las que ofrecen la compasión de Cristo a los pobres y necesitados.
La inauguración de la Asamblea tuvo lugar el día 20 de septiembre con una danza procesional llena de colorido. 105 obispos y el nuncio apostólico, monseñor Lorenzo Baldisseri, caminaron en procesión solemne. El principal concelebrante fue el cardenal Tomko, que traía el saludo y la bendición del Papa a la Iglesia de India.
50 niños llevando 100 luces simbolizando el pueblo de todos los rincones, con vestidos tricolores que simbolizaban la nación, abrían la procesión. 72 religiosas vestidas en rojo y blanco ejecutando una danza típica condujeron a los celebrantes hasta el altar. El cardenal Tomko en la homilía se congratuló por el tema de la Asamblea: «Jesucristo, fundamento de nuestra esperanza hacia una nueva sociedad».
Durante el ofertorio, representantes de las 12 regiones eclesiásticas de la India ofrecieron dones simbólicos. Melodías cantadas en diferentes lenguas crearon una atmósfera de alegría llena de devoción. Entre los reunidos hay 300 hombres y mujeres laicos que representan a 143 diócesis. Al final, el cardenal impartió la bendición especial del Papa.
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