CIUDAD DEL VATICANO, 12 sep (ZENIT.org).- Juan Pablo II recibió esta mañana en audiencia al presidente de la República de Nigeria, Olusegun Obasanjo, acompañado por su esposa y por un séquito de diez personas.

Obasanjo, que se encuentra desde ayer en Roma en el marco de una visita de dos días a Italia y el Vaticano, es el primer presidente elegido democráticamente en Nigeria, en 1999, después de quince años de régimen militar. Al final del encuentro, que duró unos diez minutos, el Papa entregó a su huésped unas medallas del pontificado y rosarios para las señoras presentes.

En el día de ayer, el jefe de Estado nigeriano, de 65 años de edad, fue recibido por el presidente de la República Italiana, Carlo Azeglio Ciampi. El argumento principal fue la estabilización del precio del petróleo, que tanto preocupa a los países europeos. El «oro negro» constituye una de las primeras fuentes de renta para Nigeria, miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEC).

Nigeria es el país más poblado de África, con 106 millones de habitantes (50 por ciento musulmanes, 40 por ciento cristianos y 9 por ciento animistas). La visita del presidente al Vaticano coincide con la apertura, ayer en Kaduna, norte del país, de la asamblea de la Conferencia Episcopal Nigeriana, que se concluirá con un comunicado final el viernes próximo. Los prelados están afrontando, entre otras cosas, uno de los temas candentes en el país africano: la entrada en vigor de la «sharia», la ley islámica, en diferentes Estados de Nigeria del norte. A inicios del año 2000, se verificaron sangrientos enfrentamientos entre musulmanes y cristianos por este motivo. En la opinión pública internacional se mantiene vivo el recuerdo de las 400 víctimas de los incidentes, que tuvieron lugar precisamente en Kaduna. La elección del lugar de la reunión episcopal no ha sido, por tanto, casual.

El arzobispo de Kaduna, monseñor Peter Yariyok Jatau, quien acoge la reunión episcopal, considera que «La aplicación de la "sharia" está en conflicto con el código penal y constituye una flagrante violación de la Constitución nigeriana, que tiene una clara connotación laica».

En varias ocasiones el presidente Obasanjo ha tranquilizado a la población y ha prometido su compromiso para que se respeten las reglas democráticas. Pero, en estos momentos, ya se eleva a ocho el número de Estados que han adoptado la ley islámica. Según algunos observadores, la introducción de la ley islámica en el norte de Nigeria sería una provocación lanzada por algunos poderes ocultos del país contra él.

El jefe de Estado nigeriano ha declarado que considera muy importante la aportación que está ofreciendo la Iglesia a su país. Obasanjo ya había sido recibido por Juan Pablo II el 26 de marzo del año pasado. En aquella ocasión, el presidente nigeriano agradeció al pontífice por su llamamiento, pronunciado el año anterior a favor de su liberación y de otros exponentes políticos nigerianos, detenidos bajo la dictadura del difunto general Sani Abacha. Obasanjo ha apreciado siempre el compromiso del Papa a favor de la cancelación de la deuda externa de los países en vías de desarrollo.