Con frecuencia se critica a los medios de comunicación por su influencia
negativa en la cultura, y en particular las críticas se centran en los productores de Hollywood, que tanto peso tienen en todo el mundo. Hace poco un nuevo estudio demostró cómo los productores de películas, música y juegos de vídeo orientan sus ventas hacia el mercado infantil, a pesar de
los contenidos violentos de su mercancía.

Violencia dirigida a los niños

Según informó el "New York Times" (12/9/00), la Comisión Federal de
Comercio de Estados Unidos lleva un año estudiando la cuestión de la
violencia en los medios de comunicación. La Comisión publicó un memorándum
interno de uno de los estudios de cine en el que declaran que su meta es asegurar, en el caso de una película que tenga la clasificación adulta, que todos los adolescentes de 12 a 18 años de edad puedan tener acceso a la información sobre la obra.

No se trata de un hecho aislado. En el informe se describe cómo en el caso de otra película adulta hubo una campaña de publicidad entre grupos juveniles. Mientras que un memorándum sobre un juego de vídeo, con alto contenido violento, se describe por la empresa como algo diseñado para
una audiencia principalmente de 12 a 17 años.

En el pasado representantes de las empresas en el campo de los medios de
comunicación han negado que enfoquen los anuncios de esos productos adultos
hacia los niños. Afirman que hoy en día es imposible prevenir que la promoción de productos más aptos para una audiencia adulta no estén también al alcance de los niños.

Sin embargo, ejecutivos de cine, citados anónimamente por el periódico, admitieron que las acusaciones del informe de la Comisión son válidas, al menos en parte. Los ejecutivos observaron que las películas adultas son promovidas durante programas de televisión en los que buena parte de la
audiencia es de menos de 17 años de edad.

La Comisión no puede identificar a las compañías culpables de esos abusos
debido a restricciones legales. Sin embargo el estudio examinó una selección de los productos de mayor venta y descubrieron que la publicidad fue orientada a los niños. Una clara muestra de eso se dio en el caso de
la música, ya que las 55 grabaciones cuyas etiquetas indicaban un contenido
no idóneo para niños habían sido promovidas entre menores de edad. Mientras que 35 de 44 películas y 83 de 118 juegos de vídeo clasificados para mayores de 17 años contaban con campañas de publicidad dirigidas a menores.

El presidente Clinton dio órdenes para realizar el estudio el año pasado,
después de la masacre cometida en la escuela de Columbine, Colorado, por
dos adolescentes. A pesar del contexto de la investigación, el jefe de la
Comisión, Robert Pitofsky, tuvo cuidado de no echar la culpa de la violencia en la sociedad a los medios de comunicación.

Pitofsky comentó que la mayor parte de los académicos están de acuerdo en
que por sí sola la violencia de los contenidos de los medios de comunicación no induce a un niño a cometer un acto violento. Sin embargo, el jefe de la Comisión admitió que sí existe una relación entre las
actitudes agresivas y el contacto con la violencia en los medios de
comunicación. Además, se puede crear una falta de sensibilidad frente a la violencia y una idea exagerada de cuánta agresión ocurre en el mundo real.

En cuanto a los líderes de los estudios de Hollywood, la reacción hacia
el informe ha sido muy negativa. Según la revista "Newsweek" (25/9/00), un
grupo de éstos no se presentaron a un evento en Washington para recaudar fondos para el partido Demócrata porque temían ser llamados por el Senado a
responder a las acusaciones de la Comisión.

Según "Newsweek" el Senado ahora sigue una nueva estrategia contra Hollywood. Dado que la Constitución protege la libertad de expresión, se
están centrando en las campañas de publicidad que, como observó el
informe,
intentan vender películas y juegos restringidos a adultos a los niños.
El senador McCain afirmó que el libre mercado no está por encima del
bienestar de los niños, y, por lo tanto, observa la revista, existe la posibilidad real de legislación en este campo.

Hollywood y los demócratas

Otra serie de críticas contra Hollywood tienen su origen en la predilección
de los productores y estrellas del cine por el partido demócrata. Ya hace
unos meses en el "Washington Times" (15/5/00) citaron el ejemplo de David
Geffen, quien había anunciado su deseo de recaudar millones de dólares para
los demócratas. Hasta finales del pasado marzo, Hollywood había donado
algo más de 4 millones de dólares al partido demócrata, contra menos de
800.000 dólares a los republicanos. Y el mes siguiente Geffen y sus dos socios de
la compañía "Dreamworks", Steven Spielberg y Jeffrey Katzenberg, ayudaron a
conseguir otros 4 millones de dólares de los personajes de Hollywood.

Geffen a mediados del mayo ya había donado 201.000 dólares de su dinero
personal a los demócratas, mientras que Spielberg y Katzenberg dieron
220.000 cada uno. Igualmente, más de 260 actores han dado mil dólares a
candidatos demócratas. Sin duda el candidato más favorecido de Hollywood
es
Hillary Clinton, que ha recibido más de cien mil dólares. Entre los que
más
han dado a Hillary están Tom Cruise y su esposa Nicole Kidman, cinco mil
dólares cada uno, y Kate Spielberg, trece mil dólares. Mientras que los
líderes de "Dreamworks" han contribuido con 27.000 dólares.

Y esa tendencia ha seguido en los meses recientes, como confirmó "Los
Angeles Times" (19/9/00). En un evento del lunes de esta semana
organizado
por el productor de cine Rob Reiner, el presidente de Warner Brothers,
Alan
Horn y otros recaudaron 3,5 millones de dólares para el Comité Demócrata
Nacional.

La pasión de Hollywood por los demócratas llega al punto en que el
director
Robert Altaman y el actor Alec Baldwin han afirmado que abandonarán
Estados
Unidos si Bush gana las elecciones presidenciales. Según informó el
"National Post" (19/9/00), también la esposa de Baldwin, Kim Basinger,
comentó que probablemente acompañaría a su marido si huyera de los
republicanos.

Uno de los principales problemas con esa orientación política de
Hollywood
es que afecta al contenido de programas y películas. Como observó la
revista "Reason" (junio 2000), es realmente digno de destacar que en los
más de diez años que hace de la caída del muro de Berlín ninguna
película
de Hollywood ha examinado la historia del comunismo en Europa ni el
sufrimiento que esa política causaba a tantos millones de personas.

La revista comenta que es como si desde 1945 no se hubiera producido
nada
más que la victoria de los aliados en la Segunda Guerra Mundial y los
crímenes de los nazis. Y no es que falten historias dramáticas, como los
levantamientos populares en Budapest y Praga, la resistencia en Polonia
de
Solidaridad, la represión de los intelectuales, etc. En las pocas
ocasiones
en que se ha hecho una película sobre la vida bajo el comunismo, como
"Reds" en 1981, casi no hay mención de la brutalidad de la vida.

Otra muestra de los prejuicios se dio hace poco, cuando los medios de
comunicación no querían aceptar ciertos tipos de anuncios. Según informó
el
"Washington Times" (3/8/00), aunque no hubo problemas para insertar los
anuncios de una campaña de 2,5 millones de dólares por parte de Planned
Parenthood, es otra cosa cuando se trata de argumentar contra el aborto.


En febrero de este año emisoras de televisión y radio en Florida
rechazaron
anuncios para una conferencia de "Focus on the Family" q ue pretendía
persuadir a los homosexuales a cambiar sus vidas. Y en mayo tres
emisoras
de televisión en Washington DC no aceptaron anuncios pagados por una
coalición de grupos también orientados a homosexuales para que cambien.
En
cuanto al aborto, en julio varios periódicos en Florida rechazaron
anuncios
que criticaban la decisión de la Corte Suprema de permitir el aborto por
decapitación.
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