BANGALORE, 27 sep (ZENIT.org).- La Asamblea Nacional «Yesu Krist Yayanti 2000», con la que los católicos indios han recordado del 20 al 24 de septiembre los dos mil años del nacimiento de Jesús, concluyó con un vibrante mensaje jubilar dirigido al mundo entero y un llamamiento a la fraternidad traída por Cristo.
El mensaje de Jesús e India
En el documento, los 16 millones de católicos indios, que viven en un país con unos mil millones de habitantes, recuerdan el significado de la encarnación de Jesucristo y su «posición contra todo lo que estaba equivocado en la sociedad de su tiempo». Tras confesar su fe en este Jesús, que murió y resucitó, afirman que éste «nos ayuda a ver las profundas implicaciones de las ideas de amor, justicia, libertad, igualdad y fraternidad insertas en nuestra Constitución. Sus enseñanzas encuentran resonancia en los ideales de las religiones de la India: las exigencias radicales de orden ético, el desprendimiento y ascetismo que requiere, la trascendencia e inmanencia del Absoluto, la obediencia debida a la Divina Voluntad, el carácter sagrado del universo físico».
En el encuentro de los católicos chinos participaron más de diez mil representantes, así como cien obispos de todo el país. Para permitir la afluencia de los fieles, el Ministerio de Transporte estableció que en los trenes de todo el país se viajara gratis a Bangalore.
Por una nueva India, como la soñada por Gandhi
«Sacando luz y fuerza de Jesús –añaden los cristianos indios–, tratamos de recorrer el sendero del diálogo y la cooperación y trabajar juntos con otros creyentes de otras religiones y todos los ciudadanos para construir una nueva India, por la que Mahatma Gandhi y otros luchadores de la libertad dieron sus vidas. Queremos trabajar por el bienestar espiritual y económico de nuestra nación, conservar y enriquecer su maravillosa cultura y abrazar todas sus tonalidades: ellas forman parte de nuestro tesoro nacional que nosotros deseamos proteger».
Un desafío para la India de hoy
De este modo, el mensaje de los cristianos indios se convierte en un llamamiento a la liberación integral traída por Cristo; «La llamada de Jesús también constituye un desafío para todos nosotros: un desafío a nuestros profundos prejuicios de casta y actitudes erróneas hacia las mujeres, un desafío a nuestro culto al ídolo de la economía de mercado y al dinero, un desafío a nuestro individualismo y búsqueda del placer, un desafío a la corrupción y el delirio de poder, un desafío a la hipocresía y a todas las formas de impostura».
Cristianos e indios
«Venimos de todas las comunidades de los pueblos de la India –siguen diciendo en el mensaje los católicos indios– y pertenecemos diferentes tradiciones culturales. La cristiandad que ha formado parte de la India durante cerca de dos mil años, afirma y contribuye al pluralismo en la India. En general, ha vivido pacíficamente y en una hermosa simbiosis con las tradiciones que la rodeaban. Algunos cristianos en India en algunos lugares y ocasiones se han desviado del camino del genuino seguimiento de Cristo. Nosotros aprendemos de estos casos».
Persecución
«Recientemente –señala el mensaje– nos hemos sentido profundamente doloridos por la reacción contra nosotros de algunos sectores de nuestro pueblo y de nuestro país. Miembros de nuestra comunidad han sido asesinados cuando servían a los más pobres de la tierra; algunos han sido humillados, insultados; nuestras propiedades han sido destruidas y, en algunos casos, nuestro libros y símbolos sagrados han sido profanados. Somos conscientes dolorosamente de que este antagonismo procede de una pequeña minoría, y estamos agradecidos por la prontitud con la muchos de vosotros, de todas las comunidades, habéis salido a defendernos con fuerza y a apoyarnos en nuestro dolor».
Sólo Dios hace conversiones
«Reflexionado sobre estos acontecimientos –añaden– , querríamos dar una explicación sobre nuestro modo de vida y nuestra existencia. Algunos parecen ver nuestro deseo de servir a los hermanos como una agresión a la cultura y a la nación que nosotros queremos. Otros piensan que el único motivo que nos inspira es «realizar conversiones». Nada de esto es verdad. Estamos profundamente convencidos de que en la persona de Jesucristo hemos encontrado una perla de gran valor que ninguno de nosotros abandonaría por nada del mundo. Deseamos compartir su significado con otros, precisamente a causa de la extraordinaria riqueza recibida de Jesús. Si compartimos lo que tenemos, también nos enriquecemos con lo que los otros ofrecen. Rechazamos con fuerza y denunciamos cualquier forma de transmisión de la fe que use el fraude, la coacción o formas de persuasión que no protegen la integridad de cada persona, especialmente la de los pobres o personas sin instrucción. No ofrecemos servicios con la motivación ulterior de convertir a los otros a nuestra religión. Es nuestra firme convicción que solamente Dios puede convertir a cada persona. La conversión es un asunto de corazón y solamente Dios puede tocar el corazón humano, aún cuando nosotros seamos instrumentos en el proceso».
«Nosotros conservamos nuestra fe en armonía con nuestra identidad como indios, ciudadanos de una tierra rica en tantas creencias y tradiciones. El nuevo milenio nos ofrecerá oportunidades para seguir trabajando por establecer relaciones de diálogo con creyentes de diversas religiones, lo que manifestará en India la fraternidad universal proclamada por Jesús».
La plegaria de Tagore
Por último, el mensaje indica que los católicos quieren compartir con todos, con ocasión de la «Yesu Krist Jayanti», el mensaje de paz de Jesús. «Ojalá se realice la ardiente plegaria de Rabindranath Tagore: «Padre mío, permite a mi país despertar en tu cielo de libertad».
Las celebraciones del gran encuentro jubilar de los católicos en India tuvieron dos fases. En primer lugar, se reunió la Asamblea Nacional de la Iglesia India, con la participación de obispos y representantes de todas las diócesis de India. Una ocasión para analizar la vida presente y futura de los católicos en el país. La segunda fase fue una celebración pública, el 24 de septiembre, con una procesión solemne conmemorativa del nacimiento de Cristo, que se concluyó en la escuela superior St. Joseph de Bangalore, en presencia del ministro de Defensa de India, George Fernandes, de muchos miembros del Parlamento y de personalidades públicas.
La Eucaristía inaugural había sido presidida por el cardenal Jozef Tomko, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, quien llevó el saludo y bendición del Papa y confesó: «Sois, por vuestro dinamismo, una de las Iglesias más vibrantes de Asia».