SYDNEY, 15 sep (ZENIT.org).- Entre los cuarenta mil voluntarios que
garantizan la buena organización de los Juegos Olímpicos de Sydney,
se encuentran tres frailes franciscanos: Ken Cafe, Andrew Granc y
Kevin Goode.

Para los tres religiosos se trata de una gran oportunidad. Así al menos
lo piensa el padre Kevin, que en el pasado ha sido como superior provincial
de su orden. «Después de tantas noticias de poblaciones que viven en estado
de conflicto --explica-- ahora tenemos una maravillosa oportunidad de hacer
algo por las personas que trabajan juntas».

Para explicar su decisión, el padre Kevin ha señalado que «como franciscanos,
tenemos que estar en los lugares donde vive la gente. Y la fiesta del deporte
es una ocasión donde nos transformamos en una comunidad internacional,
de la que queremos formar parte».

El padre Ken Cafe está ofreciendo su servicio de voluntariado como chofer,
mientras que el padre Andrew está haciendo de intérprete para los equipos
polacos de hockey y voleibol por su conocimiento de los idiomas.