La ceremonia de unión civil de tres parejas masculinas y una femenina, que fue oficiada por el alcalde de Amsterdam, Job Cohen, tuvo lugar nada más entrar en vigor la nueva ley que regula en Holanda los matrimonios del mismo sexo.
El texto incluye diversos derechos sin precedentes en el resto del mundo, como el de adopción (con las mismas exigencias de las parejas heterosexuales –es decir, al menos tres años de convivencia– y con la única especificidad de
que los niños deben tener la nacionalidad holandesa, a fin de evitar conflictos legales con terceros países).
La Iglesia católica, y en especial el cardenal Adrianus Simonis, presidente de la Conferencia Episcopal, ha calificado la nueva ley como un atentado al derecho de todo niño a tener un padre y una madre.