ESTRASBURGO, 23 abril 2001 (ZENIT.org).- En su primera declaración pronunciada después de haber sido elegido presidente del Consejo de las Conferencias Episcopales Católicas Europeas (CCEE), el obispo Amédée Grab, ha asegurado que «la Unión europea no puede tener únicamente un realidad económica y financiera».

Monseñor Grab (71 años), obispo de Chur (Suiza), asumirá la presidencia de este consejo episcopal europeo en junio. Es, además, presidente de la Conferencia Episcopal Suiza. Sustituye al arzobispo de Praga, Miloslav Vlk, quien guiaba la CCEE desde 1993.

Fue elegido el 20 de abril por los 34 presidentes de las conferencias episcopales nacionales en Estrasburgo, durante la asamblea plenaria convocada en la vigilia del Encuentro ecuménico europeo que culminó este domingo con la firma de la Carta Ecuménica por parte de la CCEE y la Conferencia de las Iglesias Europeas (órgano que reúne al resto de Iglesias y confesiones cristianas).

Junto a Grab han sido nombrados también los dos vicepresidentes de la CCEE: el cardenal inglés Cormac Murphy-O´Connor, arzobispo de Canterbury, y el arzobispo croata Josip Bozanic, de Zagreb.

«Europa no podrá realizar una unidad política verdaderamente duradera si no es fiel a la vocación más profunda que deriva de sus raíces, entre las cuales reviste una importancia particular el mensaje evangélico», ha señalado monseñor Grab horas después de haber sido elegido en Estrasburgo.

El primer compromiso para la Iglesia en Europa en estos momentos, según monseñor Grab, es «el anuncio de la fe» según «la inspiración más rica, más completa y más bella que viene de la carta apostólica "Tertio millennio ineunte" que el Santo Padre nos ha regalado el 6 de enero».