MADRID, 27 abril 2001 (ZENIT.org).- Este domingo, 29 de abril, tendrá lugar en Roma, la beatificación de Manuel González García, el llamado obispo del Sagrario abandonado, y fundador de la congregación de las Misioneras Eucarísticas de Nazaret.
Será beatificado junto a otros cuatro beatos. Destacará la presencia de protagonistas del milagro que ha permitido su beatificación, sobrinos del beato, obispos, sacerdotes y seminaristas; más de 200 Misioneras Eucarísticas de Nazaret, miembros de las distintas ramas del movimiento de laicos, laicas consagradas, etc.
Manuel González García nació en Sevilla el 25 de febrero de 1877 y murió en Madrid en 1940. Fue ordenado sacerdote por el beato Cardenal Spínola, en 1901. En 1902 fue enviado a dar una misión en Palomares de los Ríos (Sevilla) y allí, ante un Sagrario Abandonado, recibió la gracia carismática que transformó su vida y orientó sus Obras Eucarísticas.
En 1915, con 38 años, fue nombrado obispo auxiliar de Málaga, y al morir el obispo residencial, fue designado administrador apostólico y después obispo residencial de la misma diócesis de Málaga. Con motivo de la II República la diócesis sufrió diversos traslados, hasta que se instaló en Palencia en 1935.
Como párroco y obispo mantuvo un contacto sencillo y permanente con las clases populares, especialmente con los niños. Pero su identidad vibra en torno a la Eucaristía y la gran preocupación de su vida fueron los sagrarios abandonados.
Para impulsar el culto y el amor a la Eucaristía fundó varias asociaciones: las Marías de los Sagrarios para las mujeres, los Discípulos de San Juan, para los hombres, y la rama infantil, los niños reparadores. Fundó también la orden de los Misioneros Eucarísticos y para la formación del clero diocesano edificó de nueva planta el Seminario de Málaga.
En 1921 fundó la Congregación religiosa de las Misioneras Eucarísticas de Nazaret, cuya finalidad es mantener en el mundo el espíritu eucarístico-reparador, combatiendo por todos los medios posibles el olvido y abandono de la Eucaristía.