CIUDAD DEL VATICANO, 7 junio 2001 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha pedido a la Tercera Orden Regular de San Francisco de Asís afrontar el nuevo milenio en «la dialéctica entre herencia y profecía», entre memoria de los orígenes y renovación hacia el porvenir.
El pontífice recibió en la mañana de este jueves a los discípulos del «Pobrecillo» de Asís en una audiencia general al finalizar su Capítulo general número 109.
El encuentro, que se concluyó en Ariccia (cerca de Roma), con la elección del padre croata Ilija Ivkovic como nuevo ministro general, giraba en torno al gran objetivo de la renovación apostólica de la Orden, siguiendo las huellas de su fundador a inicios de milenio.
Hoy día esta Orden franciscana cuenta con 842 religiosos (565 de ellos son sacerdotes) y 186 casas esparcidas por el mundo.
Juan Pablo II ha querido impulsar en la audiencia el testimonio y compromiso secular de esta Orden fundada en 1221. «La vida religiosa, impregnada por el Evangelio, no se detiene en la complacencia por el pasado, sino que vive intensamente el presente y se proyecta con entusiasmo hacia el futuro», explicó.
«La dialéctica entre herencia y profecía –añadió– confiere un fundamento válido a vuestras esperanzas para el tercer milenio, que ya ha comenzado felizmente».
En particular, el Papa animó los campos de misión típicos de los franciscanos, que van de la solidaridad a la cultura, del ascetismo al diálogo ecuménico y entre las religiones.
El obispo de Roma planteó así el «programa entusiasmante para el tercer milenio» que han de afrontar estos franciscanos: «testigos de conversión evangélica, agentes de caridad y de evangelización, profetas de un mundo renovado en la fe y en el amor mediante la fecunda infusión de los valores cristianos».
Y, como siempre, en esta labor los franciscano contarán con un modelo único, Francisco de Asís, concluyó el sucesor de Pedro.
