LUANDA, 13 junio 2001 (ZENIT.org).- La Iglesia católica en Angola se está convirtiendo en estos momentos en la única mediadora capaz de acabar con 26 años de sangrienta guerra civil.
Según declaraciones concedidas a la agencia IRIN por el padre Daniel Ntoni-Nzinga, secretario ejecutivo de la Comisión Inter-Eclesial por la Paz en Angola (COIEPA), que lidera la iniciativa cívica de paz, el final de la guerra podría llegar en este año 2001.
En una carta abierta a la Iglesia dirigida el mes pasado, el líder de la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA), Jonas Savimbi, pidió la intervención de la Iglesia para que medie entre su movimiento guerrillero y el gobernante Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA).
Al mismo tiempo, el presidente José Eduardo dos Santos cambió su anterior postura de línea dura haciendo público que querría hablar con Savimbi, en caso de que UNITA deponga las armas y haga honor al acuerdo de paz que se alcanzó en 1994, pero que no ha sido respetado.
El pare Nzinga ha explicado que quien sufre las auténticas consecuencias de esta guerra interminable es el pueblo, motivo por el cual la Iglesia pondrá al servicio de la paz sus capacidades.