El Papa defiende la objeción de conciencia de médicos a favor de la vida

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Denuncia graves presiones contra los profesionales en el sistema sanitario

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CIUDAD DEL VATICANO, 18 junio 2001 (ZENIT.org).- Juan Pablo II recordó este lunes que los agentes sanitarios son «servidores y custodios de la vida», no «manipuladores o agentes de muerte», y exigió que toda legislación respete su libertad de conciencia cuando el sistema les impone prácticas abortivas o de eutanasia.

El pontífice denunció que en algunos países los agentes sanitarios católicos tienen que afrontar hoy el dilema de abandonar su profesión, pues el sistema sanitario les obliga a practicar abortos, esterilizaciones, eutanasia, u otras prácticas contra la vida humana, violando así sus convicciones más fundamentales.

«Ante esta tensión –afirmó el pontífice–, tenemos que recordar que hay una vía intermedia que se abre a los agentes sanitarios católicos fieles a su conciencia. Es la vía de la objeción de conciencia, que debería ser respetada por todos, especialmente por los legisladores».

El obispo de Roma pronunció estas palabras al dirigirse a los 140 participantes de 40 países en el Congreso internacional de ginecólogos y obstétricos católicos, que se celebra en Roma del 18 al 20 de junio sobre el tema: «El futuro de la obstetricia y la ginecología: el derecho humano fundamental a ejercer la profesión y a ser formados según su conciencia».

El encuentro ha sido convocado por la Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas (FIAMC) y por «Maternity Care International», en colaboración por el Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud.

Una nota informativa, publicada por la agencia de la Santa Sede Fides, explica que los participantes en el congreso han constatado que «La presión se hace cada vez más fuerte en el mundo de los hospitales y de las universidades sobre los médicos católicos y sobre los que se oponen al aborto: el objetivo es hacerles aceptar la práctica de la esterilización o del aborto, bajo pena de marginación profesional».

De hecho, el Congreso, como explica la agencia vaticana, ha constatado que por este motivo en estos momentos «está disminuyendo en algunos países el número de jóvenes católicos que escogen como especialización la ginecología o la obstetricia, o estudios ligados a la maternidad».

Por este motivo, el Papa pidió a médicos, legisladores, políticos, etc. «trabajar para asegurar que el derecho a una formación y práctica profesional respetuosas de la conciencia sean garantizadas tanto legal como concretamente».

«Dondequiera que el derecho a formarse o practicar la medicina en el respeto de las convicciones morales es violado –concluyó el Papa–, los católicos tienen que trabajar seriamente para corregir esa situación».

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ZENIT Staff

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