El Papa nombra arzobispo de Guatemala al mediador que logró la paz

Monseñor Quezada Toruño sustituye a monseñor Penados del Barrio

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CIUDAD DEL VATICANO, 19 junio 2001 (ZENIT.org).- Juan Pablo II nombró hoy nuevo arzobispo de la Ciudad de Guatemala a monseñor Rodolfo Quezada Toruño, auténtico protagonista del final de la guerra civil de ese país que duró 36 años.

En 1988, la Conferencia Episcopal de Guatemala delegó a los obispos Rodolfo Quezada Toruño, que hasta ahora era obispo de Zacapa y prelado del Santuario del Santo Cristo de Esquípulas, y Juan Gerardi, este último asesinado hace tres años, para participar en la Comisión Nacional de Reconciliación. El nuevo arzobispo de la capital guatemalteca llegó a ser presidente de esta comisión y el conciliador oficial entre el Gobierno y los guerrilleros de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), en el proceso de paz que culminó en 1996.

Sustituye en el cargo al arzobispo Próspero Penados del Barrio, quien ha presentado sus dimisiones por razones de edad (pronto cumplirá los 76 años). El prelado ha dirigido la arquidiócesis capitalina desde finales de 1983, en años dificilísimos, en los que han sido asesinados en el país catequistas, sacerdotes, religiosas e incluso un obispo.

En esos años, Guatemala se convirtió también en el objetivo privilegiado de organizaciones religiosas protestantes, en ocasiones de auténticas sectas, de origen y financiación estadounidense, que buscaron contrarrestar la obra evangelizadora y de promoción humana de la Iglesia católica en el pequeño país.

Monseñor Quezada Toruño, nacido en Guatemala, en 1932. Estudió teología en Innsbruck y en Roma. Fue nombrado obispo auxiliar de Zacapa en 1972 por Pablo VI. El 24 de junio de 1986 Juan Pablo II le nombró prelado del Santo Cristo de Esquípulas, uno de los santuarios más populares de América, después de Guadalupe.

La mediación del obispo Quezada Toruño sirvió para detener la oleada de sangre que, en los años ochenta, desencadenó el conflicto interno guatemalteco. Según grupos de derechos humanos, la guerra provocó el desplazamiento de un millón de personas a México y la muerte de unas 200 mil personas, muchos de ellos indígenas, en un país que hoy cuenta con 12.639.939 habitantes.

Monseñor Penados del Barrio concluye su ministerio pastoral 18 días después de que tres militares fueran condenados por la justicia guatemalteca por el asesinato de su obispo auxiliar, monseñor Gerardi, quien era también director de la Oficina de Derechos Humanos de su arquidiócesis. En el juicio, un sacerdote también fue condenado a veinte años de cárcel por complicidad.

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ZENIT Staff

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