Un día en la vida de un obispo de inicios del siglo XXI

Las nuevas tecnologías al servicio del ministerio pastoral

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BARCELONA, 19 julio 2001 (ZENIT.org).- La era de las nuevas tecnologías influye en la vida diaria de todas las personas, también en la de los obispos. El Servicio de Observación sobre Internet (http://www.ua-ambit.org/soi/soi.htm) publica en su última edición «un ejemplo imaginario –pero tomado de experiencias reales en muy diversas geografías– que puede mostrar cómo muchos pastores de la Iglesia viven su ministerio pastoral ayudados también por la tecnología».
El Servicio de Observación sobre Internet (SOI) advierte que este imaginario «día» no es privativo de obispos cuyas diócesis estén en países desarrollados; casi se diría que al contrario.
07:00 – Se levanta y después del aseo personal, hace oración y va a la capilla, donde celebra misa con los sacerdotes y religiosas con los que vive.

08:30 – Desayuna y abre su correo electrónico. Echa un vistazo a las agencias católicas de noticias y ve por Internet la prensa nacional e internacional. Lee sus mensajes, escritos desde las más diversas procedencias: de amigos y familiares, desde su ciudad natal; de otros obispos con quienes mantiene una viva correspondencia; de algunos antiguos compañeros profesores y catedráticos de universidades en varios países, que le envían artículos y documentos sobre teología, filosofía, bioética… Imprime los más significativos para poder estudiarlos y ofrecerlos a los profesores del seminario diocesano. Responde los mensajes más urgentes y reenvía a su correo del obispado aquellos que deberá responder su secretaria.

09:30 – Va a la oficina del obispado y se reúne con sus colaboradores más cercanos para planear el día; empieza a preparar la homilía de su misa dominical en la catedral.

10:00 – Recibe a los fieles y personas a quienes ha citado para ese día.
12:00 – Se desplaza a la oficina de sistemas y se reúne con la comisión que está renovando la página web de la diócesis para estudiar los bocetos y contenidos que se publicarán en la nueva versión de la misma. En ella se podrán leer, semanalmente, documentos como noticias de la diócesis, la homilía dominical del obispo, horarios de las misas en las diversas parroquias, aportaciones de religiosos y movimientos laicos y un largo etcétera.

12:45 – Le avisan por su teléfono celular que uno de sus fieles amigos está enfermo y muy grave. Va a verlo y conforta a la familia.

13:30 – Almuerza con el personal que colabora en el obispado.
15:00 – Tras una breve siesta, busca a través de Internet unos documentos magisteriales y teológicos que necesita para el primer borrador de una carta pastoral que está elaborando por encargo de la Conferencia Episcopal, junto con varios obispos de la región, con los que se comunica por correo electrónico.
17:00 – Va a la emisora de radio local y emite su programa cotidiano de 15 minutos. Puede comentar la actualidad eclesial sobre la que está informado al día. Aprovecha la ocasión para hablar con algunos de los periodistas de la emisora, con los que tiene una relación amigable y cercana, sobre los problemas e inquietudes que viven día a día.

18:00 – Se traslada hacia una parroquia que visitará esa tarde y en la que celebrará confirmaciones. Después de la ceremonia, saluda a los jóvenes y comparte un momento con ellos, que están muy animados aportando ideas para la web de la diócesis y están ayudando al párroco a iniciar un «café Internet» en la parroquia.

20:30 – Recita las vísperas con los sacerdotes que le acompañan y el párroco, y cena con ellos. Comentan los sucesos del día y algunos temas que preocupan a la sociedad local. Escucha en privado al párroco que quiere consultarle un asunto urgente.
22:00 – Vuelve a su casa. Dedica un tiempo a la soledad y el silencio.
23:00 – Descansa.
«Las nuevas tecnologías facilitan y, a la vez, complican la vida –concluye el Servicio de Observación sobre Internet–: ésta parece ser ya una experiencia probada. Pero pueden constituir eficaces herramientas para la pastoral si se usan adecuadamente. Por eso nuestro imaginario obispo y otros muchos que sí son reales han decidido animar la formación de los presbíteros, los religiosos y laicos, de tal modo que sepan no sólo usar estos medios, sino que comprendan la nueva cultura en que están inmersos».

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ZENIT Staff

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