Centrándose en un editorial del «Denver Post», el prelado denunció el uso de «información grandilocuente y falseada» para defender posiciones que atentan contra la vida humana y que califican a la Iglesia de «fanática» y contraria al avance de la ciencia.
«Seamos claros –afirma el prelado–: los católicos efectivamente nos oponemos a la investigación médica que implica la destrucción de embriones humanos. Millones de estadounidenses, religiosos o no, comparten esta convicción moral. Nosotros apoyamos enfáticamente los avances científicos y médicos, pero nos oponemos al uso de medios inmorales para alcanzar metas aparentemente buenas, incluso cuando ellas incluyen curas médicas».