KADUNA, 5 agosto 2001 (ZENIT.org).- Un centro para proteger a los islámicos que se han convertido al cristianismo opera en Pambegua, en el estado de Kaduna (Nigeria septemtrional).
Con frecuencia, quienes abrazan el cristianismo reciben amenazas de los miembros de la comunidad islámica para que renuncien a su nueva religión. A menudo, las amenazas conllevan también actos de violencia.
Uno de los responsables del centro afirma: «la mayor parte de las personas acogidas aquí reciben amenazas de su familia. Ni siquiera dentro de esta estructura están totalmente seguras, y en ciertos casos hace falta enviarlas a Jos o a otras regiones en donde los cristianos no son tan minoritarios».
Según un responsable del centro «cada vez hay más jóvenes convertidos que estudian en la escuela bíblica y que, cuando se han diplomado, quieren volver para anunciar el Evangelio a su propio pueblo».
Para ayudar a los jóvenes convertidos que son analfabetos se está estudiando la posibilidad de constituir grupos de escucha. Este proyecto de transmisión oral de la fe se inspira en un proyecto análogo dirigido a las comunidades cristianas de lengua yoruba e igbo, en el sur del país.