Agotados y temiendo constantemente por su vida, han asegurado que el pueblo afgano es sumamente religioso, que los talibanes les preguntaban continuamente por su fe y que «era tremendamente motivador saber que era Dios quien llevaba nuestras vidas».
Unos días después de ser rescatados, dos de las cooperantes estadounidenses agradecieron a las tropas americanas su «rescate al estilo Hollywood» y aseguraron que deben sus vidas a Jesucristo.
Los ocho cooperantes –además de las dos estadounidenses había cuatro ciudadanos alemanes
y dos australianos– que pasaron más de tres meses en una prisión talibán de Kabul acusados de difundir el cristianismo a los musulmanes de Afganistán, pertenecían a la ONG protestante alemana «Shelter Now International».
Sobre todos ellos pesaba la pena de muerte dictada por la estricta ley talibán.
Las dos cooperantes americanas reconocieron hace unos días que, aunque «el 80 por ciento de las acusaciones eran falsas», sí era cierto que habían repartido libros con historias sobre Jesús y una película de su vida a una familia afgana.
También aseguraron que los talibanes cuidaron bien de ellos y les dieron «cantidad más que suficiente de comida y nos permitían rezar y cantar himnos siempre que queríamos».
«La sociedad afgana es muy, muy religiosa», aseguró Georg Taubmann, uno de los cuatro alemanes.
«Adonde quiera que fuera, aunque yo no quisiera hablar de religión, siempre me preguntaban», explicó. «Siempre nos retaban a hablar», relata.
«Incluso los talibanes, cuando estábamos en prisión, discutían con nosotros sobre la fe. Nos explicaban sus creencias y nos preguntaban sobre las nuestras: ¿También rezáis?, ¿Creéis en Dios?, ¿Tenéis los cristianos algún libro sagrado?».
Taubmann, preguntado por su opinión sobre los talibanes, respondió que «soy cristiano. La Biblia me dice que perdone. Y ya he perdonado a los que nos han hecho esto».
«Hemos experimentado la fuerza de Cristo –añade Taubmann–. Y cuando leíamos la Biblia, especialmente los Salmos, era tremendamente motivador saber que era Dios quien llevaba el control de nuestras vidas».