DACCA, 23 noviembre 2001 (ZENIT.org).- Consciente de que el desafío de la evangelización implica también hacer a cada persona protagonista de su futuro, la Iglesia católica en Bangladesh ha lanzado con éxito un proyecto de microcrédito para las poblaciones aborígenes.
El padre Giulio Berutti, misionero del Pontificio Instituto Para las Misiones extranjeras (PIME), coordina desde 1996 las «Credit Unions» (cooperativas de «microcrédito») en la diócesis de Dinajpur, Bangladesh.
«Nuestros indígenas (santal, uraon, munda) –explica este viernes en declaraciones a Avvenire–, viven en una economía de subsistencia, no piensan en el mañana por lo que cuando uno tiene necesidad va a adquirir un saco de arroz a los usureros (musulmanes) y permanece esclavo toda la vida. Esto impide la formación del capital y del
desarrollo».
Por este motivo, desde hace ya tiempo, los misioneros y hoy las Iglesias locales han creado para los indígenas las «Credit Unions». En cada misión existe la comisión de la «Credit Unions» presidida por el párroco, y constituida por un representante de cada aldea cristiana.
El principio de la cooperativa de crédito es favorecer el ahorro y ponerlo a disposición de los otros cuando tienen necesidad. Pero lo más revolucionario es que hay que restituir el préstamo, algo desconocido en la cultura tribal de Bangladesh, uno de los países más pobres del mundo.
Así la solidaridad entre pobres asume una nueva dimensión y sirve para favorecer el desarrollo. El hecho de tener que ahorrar cada semana ocho o diez «takas» (20 centavos de dólar) para restituir el préstamo es un salto cultural importante que pone en marcha el desarrollo de toda la familia.
En esta diócesis el proyecto pudo lanzarse cuando en 1997 la organización italiana no gubernamental de inspiración cristiana, «Manos abiertas» (Mani Tese) decidió financiar el sueldo de los empleados, en su gran mayoría mujeres, que van por las aldeas reuniéndose con la gente para salir al encuentro de sus necesidades.
El padre Berutti se reúne cada mes con estos agentes para estudiar los problemas. «En siete u
ocho años hemos alcanzado un capital social de 113.000 dólares, cifra notable en Bangladesh. La inversión inicial de «Manos abiertas» ha fructificado y las cooperativas siguen extendiéndose, siempre hay nuevas aldeas que quieren unirse a nosotros».
«Nuestras «Credit Unions» no son todavía autosuficientes porque no ponemos tasas de interés del 25-30% como los bancos (los usureros el 100%) sino sólo del 10-12%. Además, al final de año, distribuimos las ganancias entre quienes tienen depósitos», explica.
«Naturalmente nuestro dinero lo depositamos en los bancos para aumentar el capital social. En total, hay 20 empleados a tiempo completo y la «Credit Unions» será autosuficiente cuando tengamos bastantes depósitos como para pagar a los empleados».
El misionero reconoce que la iniciativa no se mantendría en estos años de lanzamiento sin la ayuda de «Manos abiertos», que financiará al menos durante cinco años los sueldos de los empleados.
Las «Credit Unions» de la diócesis de Dinajpur implican en estos momentos a 259 aldeas, con un total de 8.707 familias asociadas.
«El secreto del éxito –afirma el padre Berutti– está en la educación: hay que hacer continuamente cursos, encuentros, discusiones, reuniones diocesanas; y en el control y supervisión».
«El hábito de gastar es fuerte –añade–, las necesidades vitales, las presiones de la familia, de los parientes, de los amigos son a menudo incontenibles. Si al indígena se le deja solo, en poco tiempo vuelve a lo antiguo, gasta todo y se queda sin nada. Hay que cambiar la mentalidad y las costumbres. El trabajo para el desarrollo es a largo plazo porque está fundado sobre la educación».