El representante budista fue recibido por monseñor Serafim de Sousa Ferreira e Silva, obispo de Leira y Fatima, y juntos realizaron un recorrido por el santuario y por la basílica, visitando las tumbas de los beatos Jacinta y Francisco, los dos videntes fallecidos de las apariciones de Fátima.
En la capilla de las Apariciones, el Dalai Lama depositó una flor a los pies de la Virgen María y tuvo para los allí presentes palabras de paz.
El obispo de Leira, por su parte, hizo un llamamiento al proceso de paz en Afganistán y recordó a los periodistas brutalmente asesinados durante la guerra mientras ejercían el derecho de libertad de expresión.