BUENOS AIRES, 28 noviembre 2001 (ZENIT.org).- El Consejo Nacional de la Acción Católica en Argentina ha anunciado que del 5 al 8 de abril de 2002 se realizará el seminario «Cardenal Eduardo Pironio, un testigo de la esperanza», sobre la figura del fallecido purpurado, cuya figura se busca «recuperar y actualizar», ya que «dejó huellas indelebles en la Iglesia latinoamericana y universal».
En el encuentro, que se celebrará en el auditorio de la Universidad Católica de Buenos Aires, participarán el nuncio apostólico en Argentina, monseñor Santos Abril y Castelló; el presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), monseñor Jorge Jiménez Carvajal CIM, obispo de Zipaquirá, Colombia; el arzobispo de Paraná y titular de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Estanislao Karlic; el arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Jorge Mario Bergoglio SJ; y el archivista y bibliotecario de la Santa Iglesia Romana, cardenal Jorge Mejía. A ellos se sumarán otras figuras de la vida eclesial, de nuestro país y del exterior.
La presidenta de la Acción Católica Argentina, Beatriz Buzzetti Thomson, al anunciar la iniciativa, explicó que «con esta propuesta pretendemos recuperar y actualizar el testimonio de vida y el pensamiento del cardenal Pironio».
El purpurado, añade, «nos invitaba permanentemente a ser contemplativos en la acción, para que nuestras palabras salgan de la profundidad de la contemplación y de la serenidad de la cruz, porque sólo así podremos llevar aliento, alegría y esperanza. En momentos como los que vivimos, este testigo de la esperanza puede iluminar nuestra tarea».
Seis bloques temáticos se abordarán a lo largo de las tres jornadas de reflexión: el pensamiento de Pironio sobre la Iglesia; su relación con los sacerdotes y los religiosos; la espiritualidad; la misión laical; su amistad con los jóvenes, y su figura como testigo de la esperanza a las puertas del tercer milenio.
En un momento específico el cardenal Mejía reflexionará sobre «La santidad del cardenal Pironio».
La conclusión del Seminario será el 8 de abril, a las 11, con una misa en la basílica de Nuestra Señora de Luján, donde descansan los restos del cardenal homenajeado.
Eduardo Francisco Pironio nació el 3 de diciembre de 1920 en Nueve de Julio, provincia de Buenos Aires. Fue ordenado sacerdote el 5 de diciembre de 1943, en la basílica de Luján, y en 1958 lo nombraron vicario general de la diócesis de Mercedes. En 1960 fue designado rector del seminario metropolitano de Villa Devoto, y el 24 de marzo de 1964 fue nombrado obispo titular de Ceciri y auxiliar de la arquidiócesis de La Plata. La consagración episcopal la recibió el 31 de mayo de ese año, también en Luján.
Al finalizar el Concilio Vaticano II, en el que prestó su colaboración como perito, Pablo VI lo designó miembro del Secretariado para los No Creyentes.
En 1967, el Papa le encomendó la administración apostólica de la diócesis de Avellaneda, y en el mismo año lo eligieron secretario general del CELAM, cargo para el que fue reelecto en 1970. En agosto de 1968, nombrado por el Pontífice, le tocó ser secretario de la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, en Medellín, Colombia.
El 27 de abril de 1972 fue designado obispo de Mar del Plata, y en noviembre siguiente se convirtió en presidente del CELAM, mandato que renovó en 1974. En marzo de ese año Pablo VI le encomendó la predicación de los ejercicios espirituales al Papa y a la Curia Romana.
El 20 de noviembre de 1975 fue nombrado pro-prefecto de la Sagrada Congregación para los Religiosos e Institutos Seculares, y el 24 de marzo de 1976, Pablo VI lo creó cardenal y le asignó la diaconía de los santos Cosme y Damián.
El 9 de abril de 1984, Juan Pablo II lo puso al frente del Pontificio Consejo para los Laicos, para cuya presidencia por un nuevo quinquenio fue confirmado en 1989.
Al crear la Pontificia Comisión para la Pastoral de la Salud, Juan Pablo II le confía su presidencia al cardenal Pironio, quien desarrolló dicha tarea en forma paralela a la presidencia del Pontificio Consejo para los Laicos, hasta que la mencionada Comisión fue constituida como Pontificio Consejo, con un presidente propio.
El cardenal Pironio participó de todos los sínodos de obispos, ordinarios, extraordinarios y especiales. En 1987, Juan Pablo II lo promovió al orden de los Presbíteros, y en 1995, al de los Obispos.
El 20 de agosto de 1996, Juan Pablo II aceptó su renuncia como presidente del Pontficio Consejo para los Laicos, presentada al haber alcanzado el límite de edad. Falleció el 5 de febrero de 1998.
Para obtener mayor información sobre el Seminario, puede enviar un mensaje de correo electrónico a secretaria@accioncatolica.org.ar .